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Pese al contexto actual y que ha sido una decisión histórica en la ciudad de Medellín, la votación positiva de una moción de censura por parte del Concejo del distrito no es la primera que se da en el departamento.
En mayo del 2009, el Concejo de Copacabana pasó a la historia como el primero en Antioquia en hacer efectivo este mecanismo para apartar de su cargo a un funcionario. Ese domingo, 10 de los 15 concejales aprobaron dicha sanción contra la entonces secretaria de Infraestructura, Claudia Marín.
Sin embargo, el lunes, pese a que el entonces alcalde Diego Echeverry fue notificado de la decisión, evaluaba si la destitución de Marín debía ser inmediata o no, teniendo en cuenta lo novedoso del mecanismo.
"Además, es muy difícil porque ella es muy buena Secretaria", dijo Echeverry quien también dudaba de la decisión, pues la consideraba como una de las dificultades políticas que había tenido con el Concejo. Finalmente, esa misma semana, el alcalde tuvo que separar del cargo a Marín.
Al igual que pasó en Medellín hoy, hace 14 años, lo paradójico fue que los entonces concejales Alejandro Arango y Carlos Vanegas —quienes hasta hace 20 días antes de la votación hacían parte de la coalición de Gobierno— fueron quienes propusieron la moción.
"Así apoyemos al Alcalde no tenemos que estar de acuerdo en todo con él y debemos hacer control a la Administración", dijo para esas fechas Arango, al explicar que la moción obedeció a que "se cotejó la gestión de la funcionaria con el Plan de Desarrollo y no iba acorde con lo planteado".
Vanegas también inició otra moción de censura contra la secretaria de Tránsito, pero esta le presentó la renuncia, la cual fue aceptada por el alcalde, recordó Vanegas.
Así las cosas, Copacabana se constituyó en el primer municipio donde tuvo éxito este procedimiento de control político por un Concejo, en los cuales antes del 2007 solo existían mociones de observación sin mayores efectos concretos.
14 años después esta figura vuelve a cobrar relevancia y seguramente a partir de ahora será una herramienta efectiva para que los concejos puedan ejercer control político a las administraciones en caso de que sus secretarios se desvíen del buen gobierno.
Aunque Vanegas advirtió que una moción de censura infortunadamente no tiene repercusiones ni legales ni disciplinarias contra el funcionario. Por ello puede ser puesto por el alcalde (en este caso el de Medellín) en otro puesto sin ningún tipo de impedimento.