El suspendido gobernador Aníbal Gaviria dijo ayer que respeta pero rebatirá la decisión de la Corte Suprema que confirmó su detención domiciliaria. Este fue el diálogo que tuvo con EL COLOMBIANO.
¿Cómo está, ya van 42 días?
“Ha sido una pesadilla y continúa siéndolo. Es pesadilla para mi, mi familia, pero mucha gente me ha expresado su solidaridad. Los dos grandes pilares que me sostienen y me fortalecen son la solidaridad de la gente. Tengo la fe en Dios de que la verdad y la justicia tienen que brillar. Este dolor, le tengo que confesar, que lo trato de sublimar compartiéndolo con el dolor de tanta gente que hoy está agobiada por la situación de la pandemia. Por eso considero que es llevadero y lo convierto en un sacrificio que bien sufro para acompañar y ser solidario con esas familias”.
¿Qué pasó cuando la Corte confirmó la decisión?
“Llevábamos varios días pendientes del fallo de la Sala especial de la Corte Suprema. Ese día habíamos tenido la información de que iba a producirse la sala y la expectativa era grande. La notificación fue una sorpresa total porque teníamos mucha confianza en que la Corte iba a revocar la medida, no solo por los contundentes argumentos expresados por la defensa y por la Procuraduría que dijo que la Fiscalía no había llenado los requisitos, sino además porque el país jurídico se había expresado diciendo que la medida no cumplía los requisitos para efectuarse. Recibimos con estupor y sorpresa. Respetamos la decisión de la Corte, porque acatamos la justicia, pero no la compartimos. Estamos seguros de que fue una decisión errónea y lo vamos a demostrar. La familia y los amigos que estábamos se impactaron, hubo personas que quedaron lívidas, sin respiración, hubo lágrimas. Ese dolor no lo voy a ocultar”.
¿Sigue gobernando desde su casa, lo consulta constantemente el gabinete?
“Muy poco. Tengo que ser muy respetuoso de la medida de aseguramiento y la suspensión del cargo. En el campo personal hablo, no con la frecuencia que quisiera, pero sí una o dos veces con el gobernador encargado, con integrantes del gabinete que me llaman a expresar solidaridad. Pero la confianza está en Luis Fernando Suárez, que además no es un acabado de llegar: tiene 25 o 30 años en el sector público en altos cargos, fue alcalde encargado y vicealcalde de gobernabilidad. Esa es una prenda de garantía y hay acompañamiento del equipo de gobierno. No diría que me consulta ni en ese ni en ningún aspecto pero sí hay conversaciones, es imposible dejar de hablar de un tema tan difícil como la pandemia, la ventaja es que él tiene una virtud, que es profesional de la medicina y ha estado en forma directa del primer día como segundo a bordo. Antioquia fue líder en la creación de la gerencia para el covid antes que la nacional. Cuando hablamos (Suárez y yo) es del tema y le he compartido, como cualquier ciudadano, mis comentarios, pero es él quien está al frente hasta que, como aspiro sea rápido, se me reintegre el derecho a la libertad”.