Una osa hormiguera, también conocida como tamandúa mexicana, que al parecer fue arollada por un carro en la vía que conduce al municipio de Vianí, Cundinamarca, será trasladada el jueves luego de superar con éxito una fractura del fémur izquierdo desde el Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (Urras), de la Universidad Nacional, sede Bogotá, hacia la Fundación Aiunau, en Medellín.
Esta última dedicada a la rehabilitación y cuidado de varias especies, particularmente de osos hormigueros, armadillos y perezosos —de la familia de los xenarthras—, será la encargada de regresar el ejemplar a su hábitat natural, en el municipio de Caldas, Antioquia, en las próximas semanas. La entrega del animal se realizará en las instalaciones del aeropuerto Olaya Herrera a miembros de Aiunau.
La historia de recuperación y rehabitación de esta especie comenzó el 29 de junio de 2016, cuando funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (Car) hallaron a la osa hormiguera, mientras se desplazaba con dificultad por una de las carreteras principales de Vianí. Luego de estar en observación, los veterinarios de la Corporación, en su primer reporte que este miércoles fue publicado por la Universidad Nacional, determinaron que la paciente presentaba una cierta dificultad para apoyar una de las extremidades, debido a una fractura en su fémur izquierdo.
Aunque los profesionales de la salud barajaron, en un primer momento, como los posibles responsables del hecho a una jauría, esta hipótesis fue descartada, al no encontrar señales de colmillos caninos en el área de la fractura. Por tal motivo, todo indica, así lo explicó el personal médico en la misiva, que la osa hormiguera pudo ser arrollada por un carro.
El primero de julio, solo dos días después de haber sido rescatada, el ejemplar entró al quirófano de la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres (Urras), de la Clínica Pequeños Animales, perteneciente a su vez a la Universidad Nacional.
Según asegura el comunicado publicado por el plantel educativo, la cirugía, que se realizó tal como si se tratase de un perro o un gato, consistió en “realinear la fractura del fémur usando una placa y tornillos autorroscantes de 2,7 milímetros de diámetro con 6 agujeros”.