Un beso corto, como respuesta afectuosa a un regalo, habría sido el detonante de un hecho de agresión física ocurrido el pasado martes en el barrio Laureles de Medellín.
Así lo relató Julián David Suárez, un joven de 24 años que compartía un momento con otro chico, de 17 años, con quien tiene una relación sentimental, cuando según su denuncia un hombre llegó a insultarlos y agredirlos físicamente porque su muestra de afecto era una falta de respeto para los demás.
Esta situación ocurrió alrededor de las 5:45 p.m. en el parque La Castellana, en la carrera 80 con calle 34, cuando los muchachos estaban sentados conversando en el lugar.
“Estábamos en el parque, pero este señor no llegó a hacernos ningún llamado de atención, sino que llegó a decirnos que no podíamos demostrar nuestro afecto en público, y como le dijimos que no tenía derecho a hacernos esa exigencia, entonces reaccionó insultándonos y pegándonos”, reveló Julián.
En la denuncia que hicieron pública, los jóvenes afirman que el presunto agresor, que fue identificado por la Policía como Carlos Mario Correa Lotero, los increpó constantemente y les gritaba expresiones como “respeten que esas maricadas se hacen en casa”, seguido de golpes que los llevaron a llamar a las autoridades.
Julián afirmó que llamó en varias ocasiones a la Policía, pero ante la violencia del hombre decidieron irse del parque mientras llegaban los uniformados. Luego llegó una moto policial y contaron su situación mientras que en el parque el hombre implicado en el caso hablaba con otros agentes.
“Lo único que hicimos fue darnos un beso, y fue corto, pero es que eso no es motivo para que este señor reaccionara de esta manera”, señaló el joven de 24 años.
EL COLOMBIANO consultó con la Policía, que atendió la situación. El mayor Carlos Briceño, comandante del distrito 4 (Laureles), confirmó que recibieron un requerimiento por riña en el lugar, pero manifestó que los patrulleros que llegaron al parque solo hablaron con el señor Correa Lotero porque los dos jóvenes ya no estaban en el sitio.
“El señor manifestó a los agentes que una pareja estaba incomodando a la comunidad porque se estaban manifestando amorosamente. Era un señor de la tercera edad que se indignó porque estaba con su nieto y este le comenzó a hacer preguntas sobre los muchachos, por eso, dice él, les llamó la atención, pero no dijo haberlos agredido”, explicó el mayor Briceño.
Agregó que esto quedó consignado en las grabaciones de radio de los uniformados y el caso se quedó de ese tamaño.
No obstante, Julián desestimó esta declaración, expresando que incluso fue la Policía quien les dio el nombre del presunto agresor, e incluso uno de los agentes les dio el cuadrante y su apellido por si necesitaban ampliar algún dato para hacer la denuncia.
Este miércoles fue interpuesta la denuncia penal ante la Fiscalía. El joven agredido y su compañero, menor de edad, con el registro de las llamadas a la Policía, con la constancia de los golpes emitidos por un centro de urgencia ubicado en el centro comercial Los Molinos, buscan que el caso no se quede impune.
“Es que los agentes nos dijeron que con el nombre teníamos para hacer la denuncia y que no lo podían retener, pero una amiga abogada me dijo que si no había detenidos no se podía hacer mucho”, anotó Julián.
Ambos jóvenes cuentan con el respaldo de sus familias y, además de una sanción para el presunto agresor, claman porque estas situaciones no se sigan presentando en Medellín, que debe convertirse en una ciudad donde se respeten las diferencias y no haya discriminación de ningún tipo.