A los ladrones no les bastó con que a la asociación Capsicum San José, un proyecto productivo de campesinos de Cocorná, Oriente antioqueño, le tocara desocupar la sede tras el último robo que les hicieron, a mediados de diciembre del año pasado, y volvieron a meterse este lunes 22 de enero para hacer daños que ponen en jaque la estabilidad de 20 familias de la zona que se benefician con este proyecto.
Un día después del robo de diciembre, en el que se les llevaron una procesadora de vegetales, una empacadora automática, una selladora de bolsas, una codificadora de empaques y el computador, los integrantes de la asociación sacaron casi todo y dejaron el lugar prácticamente vacío. Estaban trabajando a media máquina, por lo cual el nuevo ingreso de los ladrones los deja tan preocupados como asustados.
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“Las instalaciones y el centro de producción fueron cerrados por la inseguridad que estamos viviendo en la zona, porque nos dejaron sin maquinaria para trabajar y seguir produciendo”, indicó Edilson Eduardo Duque Ramírez, representante legal y administrador de la asociación.
Luego de que en diciembre también se llevaran abarrotes de una tienda de paz que funcionaba en el lugar para promover el trueque de productos con los campesinos, esta fue cerrada.
Ahora, el dolor y la preocupación invaden a los campesinos de este proyecto productivo, que está enfocado en el procesamiento y comercialización de productos agrícolas, en especial ají, que venden en polvo, en escamas o en snacks.
Capsicum San José es un emprendimiento comunitario de gran impacto para los asociados. No solo se compran los productos agrícolas a las familias campesinas, sino que también crearon y registraron una marca propia para comercializar los productos que resultan tras procesarlos.
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Este 22 de enero se metieron de nuevo al lugar y se iban a llevar lo poco que conservan en la bodega, pero la reacción rápida de la comunidad, que dio aviso a las autoridades, hizo que los ladrones se volaran. No obstante, causaron estragos antes de irse.
Regaron el agua de todas las botellas que tenían en la nevera para cuando cumplen las labores en la bodega o las tareas de poscosecha. Y, en el colmo de la irresponsabilidad, abrieron el cilindro de gas que estaba lleno y dejaron en alto riesgo el establecimiento, por fortuna, no ocurrió una emergencia. Aunque las autoridades están investigando este tema, no hay aún resultados que permitan esclarecer quién o quiénes están detrás de estos robos y daños.
El asunto es preocupante, porque además del robo de diciembre, en el que se llevaron elementos y dinero que suman unos $50 millones, se han cometido otros seis con el de este 22 de enero en los casi cinco años que lleva funcionando la asociación.
Además del llamado a las autoridades para mejorar la seguridad en la zona, la asociación busca alternativas para salir de esta situación. Una de ellas sería trasladarse a un lugar donde puedan tener la sede y trabajar con tranquilidad, pero también contemplan quedarse en el mismo lugar y hacer una inversión importante en tecnología y medios de seguridad que mantengan a los ladrones alejados, porque las rejas y los candados que han puesto no han servido.
Los clientes de este proyecto son en su mayoría restaurantes de Cocorná, Rionegro, Medellín y El Santuario. Asimismo, cuentan con un aliado comercial que les ha permitido hacer algunas exportaciones de ají en fresco. Por el momento, debido al cierre de la sede, no están comercializando los productos procesados, sino solamente en fresco.
