La inteligencia, en un sistema capaz de resolver problemas y de mejorar cada vez sus propios procedimientos, un concepto que en muchas historias de ciencia ficción genera temor al convertirse en un arma que se vuelve contra la humanidad, ya existe en Ruta N. Pero allí es una herramienta empleada para aportar a la calidad de vida a través de productos y servicios que tienen la innovación como punto de partida.
El artificio de un cerebro imaginado a partir de los preceptos de la computación, las matemáticas, la lógica y la filosofía, ya funciona en este laboratorio para potenciar la capacidad de crear. Su funcionamiento es colectivo, algo así como la inteligencia de una ciudad que inventa para responder a sus problemas.
Y de ese modelo cerebral han surgido ideas que hoy son productos traídos a la vida cotidiana desde esa frontera entre la ciencia y la ficción.
“Tenemos inventos hoy que solucionan problemáticas reales pero también apuestas que permiten una transformación de la ciudad”, señala Alejandro Franco, director Ejecutivo de la corporación Ruta N.
Investigadores y académicos, empresarios y emprendedores asumen hoy el rol de inventores en la medida en que desarrollan herramientas que no existían. Pero también inventa la gente del común, que aporta sus ideas para resolver problemas cotidianos de la vida en Medellín.
Es el caso del programa Comuna Innova, que tiene como objetivo recibir todas las ideas que surgen en los barrios de la ciudad para solucionar problemas y mejorar la calidad de vida. De ese ejercicio de valoración y el reto de desarrollar lo que la gente imagina, surgieron una flor que colecta agua lluvia y la hace potable, una bicicleta estática que permite aprovechar la energía que genera el usuario o gimnasios para personas con movilidad reducida.
Para el futuro se esperan resultados concretos en temas de nanotecnología, bigdata o datos abiertos, enfermedades tropicales o la articulación de información dispersa en el sistema de salud.
“Uno de los pilares para ser un referente de innovación es el trabajo en equipo entre universidad, empresa y Estado”, sostiene el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Según el mandatario, “a esta suma hay que agregar a los ciudadanos, que a diario se levantan pensando en un mejor futuro para ellos y sus familias”.
Navegar dentro de la cabeza antes de operar
A través de un proyecto articulado con la participación de la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad Pontificia Bolivariana y la Universidad de Antioquia, se creó un grupo de investigación que trabaja en el desarrollo de simuladores médicos para facilitar la formación y entrenamiento de profesionales en diversos campos de la medicina, disminuyendo así los riesgos que se pueda tener en las prácticas con pacientes vivos.
La gerente de Investigación y Desarrollo (I + D) de Ruta N, Leonor Hidalgo Ciro, destaca que gracias al trabajo de este grupo de investigación fue posible el desarrollo de un neuronavegador —un simulador útil en el campo de la neurocirugía— para que especialistas y médicos en formación practiquen determinadas intervenciones teniendo en cuenta las imágenes de diagnóstico, mejorando sus posibilidades en el procedimiento real, mitigando así los resultados adversos que se puedan tener en intervenciones complejas. También se ha desarrollado un simulador para prácticas de odontología.
A través de la Corporación Ruta N, como operador de recursos de regalías, un total de 120.000 millones de pesos se han invertido en proyectos de ciencia, tecnología e innovación.
Técnicas y estrategias que ayudan a conservar la vida
Otro de los proyectos que se ha concretado en resultados mediante la operación que Ruta N tiene de recursos de las regalías, tiene que ver con la investigación y desarrollo de mejores técnicas para el almacenamiento de tejidos humanos y la gestión de donaciones.
En la iniciativa se mezclan el conocimiento de las técnicas más avanzadas en el mundo para la conservación de los tejidos que pueden ser útiles en tratamientos médicos y estrategias que resuelvan las necesidades médicas, facilitando su acceso a los pacientes en el Aburrá y en otros municipios del departamento.
“A través de este proyecto específico apoyamos a Bancornea, a la IPS Universitaria y a otras entidades médicas, aportando a las posibilidades de recuperación de las personas que requieren estos tejidos por enfermedades, accidentes o violencia”, subraya la gerente de Investigación y Desarrollo de Ruta N.
En la misma línea se han desarrollado proyectos como la conexión de 65 municipios del departamento mediante el programa de telemedicina, una Línea Nacional de Toxicología o las aplicaciones de la labor investigativa en enfermedades tropicales.
Un lugar delimitado para emprender y crear
El edificio de Ruta N se consolidó en pocos años como un ícono de la ciudad, pero muy pronto se agotó como espacio para el asentamiento físico de las relaciones entre los agentes que hoy apuntan a la innovación. Es por eso que uno de los principales productos en los cuales está involucrada la entidad es el desarrollo de un distrito de innovación en el barrio Sevilla.
Este distrito sentará las bases del desarrollo económico de esta zona en el renovado norte de Medellín, atrayendo empresas vinculadas con la ciencia, la tecnología y la innovación, especialmente en los sectores de salud, energía y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC).
“Como el edificio de Ruta N ya se nos quedó chico, entonces organizamos un área para la innovación en la ciudad. Son 172 hectáreas que ya por POT están destinadas al distrito de innovación. Allí esperamos desarrollar dos millones de metros cuadrados dedicados para este tema, en donde vamos a asentar 135 compañías que albergamos hoy las que lleguen”, señala María Paulina Villa, gerente del Distrito de Innovación.
Una flor que hace potable el agua lluvia
Dos habitantes de las comunas 1-Popular y 2-Santa Cruz, Rosalba Cardona y Andrés Puerta, coincidieron con sus ideas presentadas al programa Comuna Innova, buscando la solución de un problema presente para los habitantes del nororiente de Medellín, como puede ser la necesidad de incrementar el agua disponible, apta para el consumo.
La empresa Gaia Servicios Ambientales sirvió para desarrollar un producto que hoy está en la Unidad Deportiva del barrio Granizal y en el mirador de la Placa Polideportiva del barrio Villa del Socorro, sedes recreativas administradas por el Inder.
El resultado de este proceso creativo se denominó Oasis: es un producto autosostenible diseñado para la recolección y el tratamiento de aguas lluvias. El equipo, que tiene forma de una flor que asciende hasta cuatro metros de altura, tiene la capacidad de proporcionar agua potable a través de un sistema de purificación avanzado. Los pétalos fueron fabricados en fibra de vidrio y cada uno tiene la capacidad de recibir 250 litros de agua.
Gimnasio para personas con movilidad reducida
Una máquina elíptica de bipedestación —un equipo que permite a usuarios en silla de ruedas o con otras discapacidades ejercitarse en posición de pie, para mejorar sus rangos de movilidad, prevenir contracturas musculares y controlar la artrofia, entre otros beneficios— está entre las novedades del gimnasio incluyente, que hoy funciona en el Coliseo Iván de Bedout, de la Unidad Deportiva Atanasio Girardot, y que se desarrolló a partir de la propuesta de Luis Eduardo Rojas, habitante de la comuna 11-Laureles-Estadio en el programa Comuna Innova de Ruta N.
El desarrollo de los equipos que hoy permiten a personas con movilidad reducida una mejor calidad de vida estuvo a cargo de la empresa Más Metal.
El gimnasio cuenta además con equipos de barras fijas y paralelas ecualizables para ejercitar el torso superior. Al trabajar con el peso propio, el usuario usa su fuerza y resistencia. También se construyó una bicicleta recumbente de tracción manual que permite a personas en silla de ruedas mover las piernas por medio de la fuerza de los brazos.
Bicicletas con capacidad para generar energía
Las ideas de Martha Nury Restrepo, Yefersson Osorno y Juan Camilo Saldarriaga, para aprovechar la energía generada al hacer ejercicio, sirvieron para desarrollar bicicletas generadoras de energía que hoy están ubicadas en las placas polideportivas de los barrios Francisco Antonio Zea (Comuna 5-Castilla), Robledo (Comuna 7) y El Vergel (Comuna 9-Buenos Aires).
En cada una de estas sedes recreativas administradas por el Inder se ubicaron tres bicicletas diseñadas para producir energía eléctrica a partir del movimiento de la rueda y de la fuerza del usuario que pedalea. Cada una de ellas está dotada con puerto USB para la carga de dispositivos móviles como teléfonos celulares o tabletas electrónicas y un contenedor que conserva tanto la energía solar como la cinética (generada por el movimiento), que sirve para iluminar en las noches la zona del gimnasio.
El desarrollo de la implementación, otra iniciativa que se hizo realidad mediante el programa Comuna Innova de Ruta N, estuvo a cargo de la empresa Productos Ecológicos EB.