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El plan de transporte para que no sea tan difícil llegar hasta el colegio

Gobernación de Antioquia busca adaptar rutas escolares en los municipios. La meta del proyecto es beneficiar a 30.000 niños y jóvenes. Costará $70.000 millones.

  • Antes de la pandemia, los niños recorrían grandes trayectos para llegar a clase, como esta niña que atraviesa el cañón del Melcocho, entre El Carmen de Viboral y Sonsón. FOTO julio cesar herrera
    Antes de la pandemia, los niños recorrían grandes trayectos para llegar a clase, como esta niña que atraviesa el cañón del Melcocho, entre El Carmen de Viboral y Sonsón. FOTO julio cesar herrera
14 de julio de 2020
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En las veredas y rebaños de Belmira, en el norte de Antioquia, el reloj despertador suena a las 3:00 a.m. En las fincas de la famosa ruta lechera, donde se producen cerca de 2 millones 400.000 litros de leche al día, antes de ir a estudiar los niños y jóvenes alistaban las canecas metálicas y se sumaban, como labor previa a cualquier otra, a las tareas del ordeño.

Así era la rutina antes de la pandemia, cuando luego de las tareas domésticas los estudiantes alistaban sus cosas y arrancaban su caminata hasta el colegio. En algunas de las veredas más remotas como San José o Salazar, algunos tenían que andar durante una hora para llegar a la carretera por donde pasa el bus.

Así lo cuenta Roger Alexánder Acosta Sánchez, profesor de la Institución Educativa Rural Carlos González en Belmira, en la que están matriculados aproximadamente 400 estudiantes.

Acosta detalla que, para llegar al colegio, en Belmira la opción es el transporte público. Hay varias rutas que recogen a los estudiantes en las veredas, que aún con su utilidad no escapan a los inconvenientes del clima como un derrumbe o, incluso, a un carrotanque atrancado en la vía. Situaciones como esas alargan los recorridos de los que viven lejos.

El cansancio es peor para los estudiantes que están en las zonas rurales más apartadas, sobre todo cuando la jornada comienza tan temprano y si el día ya acumuló una hora de trayecto para llegar a la sede del colegio.

“A las 8:00 a.m, cuando inician las clases, uno les ve el agotamiento a estos estudiantes que vienen de lejos. Las dos horas más pesadas son de 12:00 a 2:00 p.m., ellos luchando contra no dormirse y poner cuidado en la clase”, apunta Acosta.

De este tipo de dificultades es consciente Alexandra Peláez Botero, secretaria de Educación de Antioquia. La funcionaria explica que el transporte escolar es uno de los factores cruciales para garantizar no solo la asistencia a las aulas, sino también para evitar la deserción de los alumnos.

Por eso, indica, una de las metas más ambiciosas del Plan de Desarrollo (2020-2023) es la destinación de $70.000 millones para financiar un transporte escolar seguro. Así, la dependencia se propuso en su ruta de trabajo llevar a 30.000 el número de estudiantes beneficiados con transporte en el cuatrienio.

“Por la geografía del departamento, si nosotros no garantizamos ese transporte en alianza con las alcaldías, es muy difícil garantizar la permanencia del estudiante”, añade Peláez.

A más de cuatro horas

La estrategia que adelantará la dependencia en estos cuatro años es una de las contempladas para reducir las brechas educativas entre las zonas rurales y urbanas. De acuerdo con un diagnóstico de la Gobernación, las escuelas con mayores necesidades de infraestructura física también están más afectadas en condiciones de acceso: en cinco de las nueve subregiones predomina el camino de herradura como la principal vía de entrada. En Bajo Cauca, Magdalena Medio y Nordeste predomina carretera destapada.

Por ejemplo, en Vegachí, (Nordeste), según lo explica el alcalde Deison Ulilo Acevedo Méndez, el transporte escolar es urgente en las veredas del municipio más dispersas como La Palma, Paso Real, Moná, La Ceiba, El Cascajo, La Clarita, El Olvido y la Clarita, en donde se presentan horarios de desplazamientos que oscilan entre las 2 y las 4 horas para llegar al establecimiento educativo más cercano.

Con estos datos en mente, apunta Acevedo, dentro de las estrategias plasmadas en el Plan de Desarrollo local se encuentra un plan padrino de alojamiento escolar que está en estudio.

En la Institución Educativa Santa Teresa de Argelia, en el Oriente, el coordinador académico Edgar Rendón cuenta que aunque en el municipio hay estudiantes que viven lejos de las sedes, no ha sido posible adaptar una ruta de transporte escolar porque no hay vías carreteables. Son caminos de herradura. Las distancias de recorrido en transporte público o caminando son variables, van desde media hora a una hora, o es posible que sea más.

Pero para llegar al colegio los padres de familia no se varan. Lina Jaramillo, madre de un estudiante del Centro Educativo Rural Las Mercedes de Marinilla, comenta que antes de la emergencia sanitaria uno de los transportes favoritos dentro de la vereda era la bicicleta, un recorrido que les toma 20 minutos hasta el colegio. Otros llegaban en moto y, cuando estas opciones no eran viables, los niños llegan caminando: el promedio a pie, cuenta Jaramillo, es hasta 40 minutos .

$70
mil millones es la inversión contemplada para adecuar una ruta escolar en Antioquia.

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