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A 15 días de que EnCicla cumpla sus primeros 11 años, el panorama pinta mal para el sistema público de bicicletas del Valle de Aburrá, pues en el momento hay 15 estaciones fuera de servicio con afectaciones para 900 ciudadanos que a diario hacen uso de estos vehículos para transportarse a sus trabajos o lugares de estudio.
Por esto, hay ciudadanos que consideran que en esta ocasión no hay motivos para celebrar. El 7 de octubre, que es la fecha en la que hace 11 años se inauguró el sistema, no se podrá cantar el happy birthday sino tal vez un minuto de oración para que el programa regrese a la vida.
Estos ciudadanos integran la plataforma El Derecho a No Obedecer, de la corporación Otraparte, que ayer realizaron una protesta muy singular: decretaron que EnCicla está en Cuidados Intensivos y en varias estaciones instalaron bolsas con suero y carteles simulando electrocardiogramas similares a los de las UCI de los hospitales, pues sienten que las enfermedades del sistema son delicadas.
En su diagnóstico clínico, el colectivo, que para este caso se autodenominó Unión de Ciclistas Inconformes (UCI), señaló que hay deterioro de las estaciones y ciclas, cambios de uso por parte de algunos usuarios -como mayor tiempo de desplazamiento y uso en actividades laborales-, abandono y vandalismo.
“El vandalismo es cierto, pero no es la única causa y no es la excusa para no hallar alternativas que permitan el buen funcionamiento del sistema”, comentó Daniel Suárez, de Derecho a No Obedecer.
Su compañera Jennifer Giraldo, usuaria de estas bicicletas, dice que ayer, por ejemplo, dejó su cicla anclada en un tótem en una estación, pero al intentar sacar otra en préstamo el sistema no se lo permitió porque seguía activa con su préstamo: “eso demuestra que la estación tiene problemas y deben solucionarse, porque este sistema es para estudiantes y trabajadores, que valoramos el servicio y no se puede dejar caer”.
La historia clínica
Según Jhonattan Hernández Loaiza, subdirector de Movilidad del Área Metropolitana (entidad a cargo de EnCicla), el vandalismo se ensañó contra el sistema al punto que a inicios de este mes hubo que cerrar dos estaciones, la de Otra banda (en Carlos E. Restrepo) y la de la Unidad Deportiva de Belén, que se suman a 13 más que estaban fuera de servicio. “Aunque la entidad avanza en los procesos de contratación y adquisición de los elementos tecnológicos, la escasez de estos suministros a nivel mundial impiden poner en funcionamiento nuevamente las estaciones de manera inmediata”. Los hechos de vandalismo obligaron a que el Amva y la Policía se aliaran en una investigación para tratar de identificar los responsables de los actos, que afectan a 22.000 usuarios que hacen uso del servicio.
Por derecho de petición del grupo Derecho a No Obedecer, el Área detalló que hasta el momento han sido hurtadas 795 bicicletas, con 563 de ellas recuperadas; hay 346 fuera de servicio de un total de 2.381 existentes.
Manuel Londoño, conocido como el “alcalde de la bicicleta” de Medellín (nombrado así por la organización internacional Bycs), dice que si se deja avanzar el problema “se convertirá en una bola de nieve que ya nadie podrá parar”.
Eduardo Cadavid y Juan Casafús, usuarios asiduos, no ven el problema tan grave como para que no haya solución: “yo uso todos los días la bicicleta, recorro desde el Estadio, el Centro y hasta Envigado, a veces están mal de freno o los cambios, pero uno se defiende”, dice el primero, de 55 años; “esos problemas los hay, pero toda la culpa no es del Área, la gente no cuida bien las cosas y hay vandalismo”, opina el segundo. El problema afecta a 22.000 usuarios.