Por: May

Foto: Colprensa

Del “partido del domingo”, me quedaron las imágenes que reflejan la actitud del cuerpo técnico y del resto del equipo en ese compromiso, y no son las representaciones que nos gusta ver del equipo preferido.

Una de ellas es la disputa por un balón en igualdad de condiciones entre el jugador Galván Rey y el tan promocionado y ponderado, pero hasta ahora, poco efectivo Macnelly Torres. No es que Galván no le pueda ganar una pendencia futbolera a cualquier jugador, lo inconcebible fue la postura del representante del equipo verdolaga, y no es el único, que con más desidia que honradez, se pasea por los campos que fueron hechos para el deleite.

Otra, igual de infausta que con su culminación encausó los acontecimientos a las realidades físicas. Me refiero al salto y cabezazo del delantero santafereño, que fuera de la forma ideal para la práctica del fútbol hizo palidecer la defensa Nacionalista, y a mí y no sé a cuántos más parroquianos.

Fuera del rectángulo verde las acciones no son mejores. Lamentablemente, la industria cultural dicta que el resultado numérico del juego es más importante que el divertimiento, por lo cual la dirigencia del equipo perpetúa esa idea en detrimento de la osadía y de los actos heroicos, ¿cambios para qué?

El historiador Emilio García Riera dijo que el cine era mejor que la vida y en mis años mozos, consideré al fútbol de forma parecida, pero gracias a sus protagonistas pasé de la sonoridad a la mudez.