Por: May
La fiesta fue planeada para una celebración completa, y así lo fue, bueno casi, a no ser por la presentación del equipo que siempre que convida a la hinchada para su celebración, algo estropea el momento como si te dejaran plantado en el altar.
Hubo misa, música de varios géneros (reguetón, vallenatos, tangos), otras diversiones y un invitado especial, Aristi el grande. Hasta las tres y treinta, todo perfecto, ¡para qué!, la fiesta les salió bonita.
Comenzó el acto central, todos los invitados en sus lugares y Nacional por tres puntos más para empezar a clarificar la ilusión decembrina. A la par del encuentro lo que anterior fue alegraría, se transformó rápidamente en la constante recurrente de la parcialidad verde, sufrimiento y más sufrimiento.
Por suerte para nosotros y de pura suerte, llegó el empate y luego una genialidad del nuevo pro genio verde, el gol del éxtasis, del culmen, del nirvana y con ello tres puntos más para encauzar el punto final que ameritaba la celebración en el día del hincha verdolaga.
Hasta que por fin le dan una alegría a sus hinchas en su día célebre. Luego de tantos años de sequía…