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Los dardos hacia el Gobierno no salieron solo desde las calles. La reforma tributaria que presentó el presidente Iván Duque –y que se vio forzado a retirar el domingo 2 de mayo– no solo sirvió para recibir críticas de sectores históricamente opositores, sino también para, incluso, recibir fuego amigo.
Ha pasado más de una semana desde que fue retirado el proyecto de reforma que ni se discutió en el Congreso, y, sin embargo, los ánimos en el país siguen caldeados. No es solo el hecho de que las protestas se mantengan después de 12 días, también que las manifestaciones han llevado a que en el mundo político haya críticas hacia el Ejecutivo.
El Gobierno, en un afán de calmar los ánimos, inició una serie de conversaciones con sectores sociales y políticos. En estos espacios, Duque ha incluido no solo a partidos oficialistas, sino también contrarios a él, como el viernes cuando se reunió con la Coalición de la Esperanza.
Sin embargo, aún está por verse si esa estrategia resultará fructífera en el Congreso, cuando ya están en trámite proyectos claves para el Gobierno (ver Para saber más), y cuando se está pendiente de presentar un nuevo proyecto de reforma tributaria.
De las primeras voces políticas –distintas de las de la oposición– que se mostraron en desacuerdo con la tributaria fueron el expresidente César Gaviria y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras. Como cabezas de sus colectividades, Liberal y Cambio Radical respectivamente, sentaron el tono de la discusión sobre la reforma. Y no fue un tono suave ni conciliador. Gaviria, por ejemplo, aseguró que a su partido no lo manejarían “a punta de mermelada”. Por su parte, Vargas Lleras la calificó de “confiscatoria, discriminatoria e inconveniente en el momento más inoportuno”.
La alzada de voz de los dos políticos –que en otros momentos habían sido más moderados con el Gobierno– sirvió para que se evidenciara que las críticas no provenían solo de la oposición.
Entre todo eso, no se puede olvidar que desde el comienzo, la relación de Duque con el Congreso no ha sido sencilla, como cuando en 2018 el Legislativo le tumbó las objeciones a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Y ahora, con las marchas de 2019 y las de los últimos días, y con las elecciones cada vez más cerca, se complejiza el panorama.
Es el caso del Partido Mira, cuya bancada ya resolvió que no apoyará una de las grandes propuestas legislativas de este periodo del Gobierno: la reforma la salud, argumentando que “no resuelve problemas estructurales, en especial la atención oportuna y de calidad para pacientes”. Propuesta que, no sobra decir, desde las movilizaciones también se ha pedido que se retire.
Y no se trata solo de los aliados, sino del propio Centro Democrático, colectividad a la que pertenece Duque. Una persona del partido –que pidió no ser citada– confirmó lo que es un secreto a voces: dentro del uribismo hay división por el actuar de Duque. Una realidad que podría impactar en los resultados de las elecciones de 2022.
“No es una ruptura, pero sí hay diferencias. No elegí un gobierno para dañar el legado de Álvaro Uribe. No ha gobernado (Duque) con las banderas: no hay seguridad, no ha fumigado (los cultivos de uso ilícito con glifosato), es un país completamente anarquizado”.
Por supuesto, también hay voces de respaldo. Juan Espinal, representante a la Cámara por Antioquia, asegura que “nosotros manifestamos nuestro respaldo, porque tenemos que garantizar la estabilidad del Estado, la democracia y la libertad de empresa”. En ese sentido, explica que “al gobierno le tocó bailar con la más fea”, refiriéndose a la pandemia y añade: “En este momento tan complejo, quien haga cálculos políticos, de apoyo o rechazo, es un infame y está muy equivocado”.
En una línea similar, Ómar Yepes, presidente del Partido Conservador, señala que la colectividad “seguirá donde está”, pero eso sí, pone ciertos límites al decir que “obviamente maneja autonomía en el estudio de proyectos y tiene libertad. Es decir, el apoyo nunca ha sido una camisa de fuerza, ni con este ni con otros gobiernos. Lo ayudamos a elegir con un programa y si el Gobierno apoya el programa, el partido lo respalda”.
Lo anterior deja en evidencia, sin embargo, que sí se está dando un resquebrajamiento en las alianzas del Gobierno. La profesora Patricia Muñoz Yi, directora de la Maestría en Estudios Políticos de la Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá), lo explica:
“Lo venimos observando desde el momento mismo en el que algunos de los partidos de Gobierno no apoyaron la propuesta de reforma tributaria. Es más, el mismo partido de Gobierno mostró divisiones internas. Ello para decir que hay evidencia de una ruptura de las relaciones entre el presidente y los partidos de la bancada”.
“El expresidente César Gaviria, en contra de la iniciativa de reforma tributaria y del exministro (de Hacienda) Alberto Carrasquilla, de manera temprana sentó su absoluta posición y la del Partido Liberal. Y por su lado, Germán Vargas Lleras, a través de sus columnas de opinión, también dejó ver ese malestar. Y ello nos puede anticipar las dificultades del presidente Duque para lograr acercar a Cambio Radical y al Liberal a las iniciativas que proponga el Gobierno en el Congreso”, concluye la docente.
La mayoría de los consultados para este artículo, más que decir que están marcando distancia, reiteran su autonomía para tomar posturas, independiente si hacen parte de la bancada oficialista.
Una de las que lo plantea así es Esperanza Andrade, vocera de los conservadores en el Senado. “Los conservadores seguimos siendo partido de gobierno y, en ese sentido, lo respaldamos. Pero eso no nos impide formular observaciones respetuosas en un tono propositivo. Lo hicimos con la reforma tributaria, donde tuvimos punto de desacuerdo, y lo hemos hecho con relación al actual paro”.
En ese sentido, Andrade recuerda que “nosotros tenemos una actividad permanente de bancada para discutir sobre los problemas del país y generar soluciones” y agrega que “nuestras reuniones no son para cálculos políticos, de respaldar o no al gobierno, sino para brindarle respuestas a la sociedad”.
Esa búsqueda de una autonomía, es claro, también está en los partidos declarados independientes. EL COLOMBIANO supo que, a finales de la semana pasada, la bancada de Cambio Radical se reunió para discutir un tema que, desde ya, está empezando a ganar popularidad entre la opinión pública: la reforma de salud. Esto, porque, aunque es una propuesta que acompaña el Gobierno –envió mensaje de urgencia para su discusión y el ministro Fernando Ruiz estuvo en la radicación del proyecto–, nació originalmente del partido de Vargas Lleras.
Sobre este tema, el senador Carlos Fernando Motoa asevera que: “Cambio sigue impulsando la reforma”, dejando ver que esa independencia no significa que no apoye al gobierno. “Lo que pasa es que la posición del partido depende de las decisiones al interior de la bancada. Hay algunas iniciativas que apoyamos y otras donde hemos estado en oposición”.
Recuerda que “fuimos el primer partido que no es de la oposición en rechazar la reforma. Pero en otras iniciativas, sí seguiremos respaldando”, y agrega que, en ese sentido, él fue quien lideró el proyecto para regular el trabajo en casa.
En una posición similar están los liberales. El senador antioqueño Iván Darío Agudelo relata que en las toldas rojas han mantenido una agenda propia desde el 5 de septiembre de 2018, cuando se declararon en independencia.
Se comprometieron, cuenta Agudelo, a que “acompañaríamos los proyectos de ley que beneficien a los colombianos y nos apartaríamos frente a los que tuviésemos discrepancias. Proyectos como la reglamentación de regalías lo apoyamos con vehemencia, pero no estuvimos a favor de normas que de alguna forma abrían la puerta al fracking”. Y concluye: “Esta posición de discrepancia se mantendrá en todo proyecto que consideremos que no beneficie a la población”.
El representante de La U y presidente de la Comisión Primera de la Cámara, Alfredo Deluque, expresa que el contexto actual que atraviesa el país ha dejado ver que “no se trata de marcar distancia con el Gobierno Nacional, sino ver cuál es la raíz del conflicto y cómo lo podemos solucionar. Porque empezar una lucha intestina por el poder no es lo adecuado. Debemos buscar fórmulas, porque esas peleas vendrán después”.
En ese sentido, Deluque indica que, desde su partido y con la dirección de Dilian Francisca Toro, están en postura de analizar a profundidad cada propuesta que se presente. Así, señala, lo harán con la reforma a la salud y con la nueva reforma tributaria, en la que el nuevo ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, ha dicho que ya está trabajando.
No obstante, la situación para el Gobierno es frágil. Una nueva propuesta que no sea bien recibida, podría afectar duramente su posición y las alianzas. Así se deduce de lo dicho por la senadora uribista María Fernanda Cabal, quien asevera que “yo del gobierno no me siento con ningún Comité del Paro a negociar. Cuando usted es un presidente legítimo, elegido por el voto popular, usted ejerce las responsabilidades que le da la Constitución y no negocia con el que le va a quemar la casa”.
“Lo que nos muestra la actualidad son las dificultades que tendrá el presidente Iván Duque para lograr el respaldo de las bancadas mayoritarias y sacar adelante sus iniciativas”, dice Muñoz Yi. Una realidad que pondrá a prueba la capacidad de liderazgo del mandatario y de cerrar filas alrededor suyo, cuando los partidos, incluyendo el suyo, ya tienen la mirada puesta en las elecciones de 2022