Luego de terminar la necropsia al cuerpo del celador del edificio Equus 66, Fernando Merchán Murillo, donde la Policía encontró el cuerpo sin vida de la niña de siete años Yuliana Samboní, Medicina Legal concluyó que su muerte obedeció a un suicidio.
Merchán Murillo estaba de guardia cuando ingresó al inmueble Rafael Uribe Noguera con la menor. Según el director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, la muerte de Merchán se produjo por una hipoxia severa (falta de oxígeno), causada por las cortadas que se infligió y la presencia de medicamentos antidepresivos, en este caso uno denominado como trazodona.
“El Instituto concluye que la hipoxia severa, que significa falta de oxígeno, se produjo por tres factores: el primero por las cortadas que presentaba el cuerpo y un estado de anemia; segundo por la presencia de un medicamento antidepresivo, y tercero por una asfixia posicional”.
Valdés aclaró que tras los análisis forenses no se pudo establecer que otra persona participara en la muerte del vigilante, por lo que la entidad concluyó que las heridas habrían sido autoinfligidas.
Anteriormente, Medicina Legal había documentado que en el cuerpo de Merchán se presentaron cortadas a nivel de miembros inferiores, de las articulaciones de las manos y a nivel del cuello. El vigilante apareció muerto el pasado viernes en el baño de su vivienda, en Bogotá. Allí dejó una carta en la que se disculpaba con su familia por tomar dicha decisión, diciendo que no quería volver a la cárcel .
