Vivían hacinadas. Las obligaban a prostituirse las 24 horas del día y eran vigiladas por medio de cámaras de seguridad. Todo fue liderado por un matrimonio.
Fueron engañadas, les quitaron su pasaporte y las encerraron a todas en pequeños cuartos donde vivían hacinadas, con la luz de una cámara de vigilancia sobre sus cabezas y la incertidumbre de no saber si iban a volver a casa. Ese era el panorama de las cinco mujeres colombianas que fueron rescatadas al sur de España.
Estaban junto a otras tres mujeres latinoamericanas: venían de Venezuela, Bolivia y Paraguay. Junto a ellas también estaba secuestrada una mujer española. Todas fueron víctimas de una red de trata con fines de explotación sexual.
La investigación comenzó el año pasado tras una denuncia presentada por una ONG especializada en la lucha contra la trata de personas en Europa, la cual fue recibida por el Ministerio del Interior del país.
La operación de rescate comenzó en mayo, y permitió la captura de siete personas relacionadas con el delito. Además, se abrió investigación contra otras tres personas que pudieron ser vinculadas al caso gracias a la investigación. Todas serán imputadas por delitos relacionados con la trata de seres humanos y la pertenencia a organizaciones criminales.
Los detalles son escabrosos: la red era manejada por un matrimonio y su hijo. La familia, de nacionalidad española, se encargaba de “reclutar” y secuestrar a las mujeres. Otras siete mujeres participaban activamente en la actividad delictiva que incluía la vigilancia severa de las capturadas.
Las autoridades incautaron 20.000 euros en efectivo, siete teléfonos celulares, una computadora, documentación falsa, drogas destinadas a los clientes, así como los pasaportes y tarjetas de identidad de las víctimas.
Además, según el Ministerio del Interior de España, las mujeres eran obligadas a ejercer la prostitución las 24 horas del día en pequeños apartamentos donde vivían hacinadas.
No se trata de un hecho aislado. Según el Quinto Informe de Seguimiento sobre los Progresos en la Lucha contra la Trata de Personas en la Unión Europea —que abarca los años 2021 y 2022—, el fenómeno de la trata de personas ha aumentado un 20,5 %, y la mayoría de las víctimas —un 54 %— son ciudadanas de países no pertenecientes a la Unión Europea.
El 49 % de las víctimas son reclutadas con fines de explotación sexual. De aquel porcentaje, el 92% son mujeres. El número preocupa, ya que según cifras del gobierno español, el año pasado se liberaron a 1794 víctimas, entre ellas 32 menores de edad.
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