x
language COL arrow_drop_down

¿Danilo Rueda enreda la paz total de Petro con beneficios a criminales?

El Alto Comisionado es visto como un personaje oscuro. Anuncios como el cese bilateral al fuego y la liberación de El Gatico se han convertido en cajas de Pandora.

  • En la fotografía, Danilo Rueda en una de sus visitas a las cárceles del país. FOTO Oficina del Alto Comisionado para la paz
    En la fotografía, Danilo Rueda en una de sus visitas a las cárceles del país. FOTO Oficina del Alto Comisionado para la paz

Desde sus épocas en la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, Danilo Rueda frecuentaba las cárceles del país para asegurarse de que se respetaran los Derechos Humanos de los presos. Era muy cercano al sacerdote Javier Giraldo y a Juan Fernando Petro —hermano del Presidente de la República—. Además, asistía a actos de reconciliación en lo que sus excompañeros llaman “las selvas profundas”; hasta allí llevaba videos de perdón enviados por excomandantes paramilitares hoy presos y ayudaba a encontrar personas desaparecidas. Esos trabajos le dieron un prestigio de doble vía: con las víctimas y con los victimarios.

Sin embargo, este año ha tenido más de una salida en falso y no se sabe muy bien si lo que busca es la verdad de la víctimas o justificar a los victimarios, pues en las cárceles más de un capo se frota las manos con la promesa de ser gestores de paz.

Las propuestas que ha tratado de convertir en decretos ya son de un tono hasta cínico. Desde el 31 de diciembre está de polémica en polémica: primero fue el farragoso cese bilateral del fuego que no fue acordado con ningún grupo y luego le pidió a la Fiscalía General de la Nación que levantara las órdenes de captura a 16 delincuentes pedidos en extradición. Las dos cosas salieron mal.

Algunos miembros del Gobierno no confían en Rueda, a quien perciben como un hombre oscuro de dobles intenciones. Sin embargo, el presidente Gustavo Petro confía en él ciegamente por el supuesto respeto que le profesan las comunidades rurales más victimizadas del país. Aunque no se sabe muy bien qué pasará después de la polémica de esta semana, quizá la tormenta más aguda del Gobierno en seis meses: la liberación de Jorge Luis Alfonso López, alias El Gatico —hijo de la corrupta empresaria del chance Enilse López, alias La Gata—.

La liberación de El Gatico, un hombre condenado a 29 años de cárcel por asesinar a un periodista, bajo la figura de “facilitador de paz” le terminó de restar credibilidad a las gestiones carcelarias de Rueda. Y si bien desde la Oficina del Alto Comisionado aseguraron que no habían pedido la liberación, sí fue desde allí que se le concedió el título de “facilitador” a un asesino y corrupto.

Ante la polémica, el Alto Comisionado se ha mostrado cauto. Pocas veces habla en medios y desde su Oficina solo llegan comunicados de prensa, el último señala que no pidieron la libertad de El Gatico. Todos los otros temas polémicos se mantienen herméticos.

Sin embargo, las movidas continúan. Esta semana, posiblemente el miércoles, se presentará ante el Congreso el Proyecto de Ley para la posible negociación con grupos no políticos. Será un golpe de opinión contundente, pues no estará del todo dibujado un camino de sometimiento a la justicia y podría abrirse paso a un acogimiento que abrigaría a capos o miembros de la base de esas estructuras criminales.

Hasta el momento hay doce grupos interesados en subirse a ese proceso, entre los cuales están el Clan del Golfo, Los Pachenca, La Oficina atomizada en Pachelly, El Mesa, Los Chata y La Terraza. Ahora bien, según una fuente que ya conoce el proyecto, estos grupos tienen que comprometerse con la verdad, la justicia, la reparación y el compromiso de no repetición, bases de la justicia transicional. “Habrá cárcel, sí o sí”, dijo.

Con el proyecto, Rueda se quiere cuidar de no darle un tratamiento político a los grupos narcotraficantes, pues ha sido un pedido específico que le ha llegado desde la mesa de negociación con el ELN. Los guerrilleros no quieren que la opinión pública los compare con narcos, aunque desde la cárcel de La Picota un reo capturado como financiero del Clan del Golfo asegura que todos sus trabajos de lavado y narco han sido para los elenos.

Rueda es un hombre cercano a la teoría del evangelio de la liberación, por lo que políticamente es cercano al ELN, por eso su primera carta está jugada con la guerrilla. Algunas personas que lo conocieron durante su trabajo en la Comisión Intereclesial dicen que tenía mucha información de lo que sucedía al interior del Comando Central (Coce) del ELN.

Ahora bien, aunque ha cometido errores monumentales, algunos de ellos que hacen dudar de sus calidades para el cargo que tiene (por ejemplo, la liberación de El Gatico, o el levantamiento de órdenes de captura ) parece tener todo el respaldo del Presidente de la República. Esto se nota en que la Paz Total anda bastante rápido y la prueba es el proyecto de ley que se presentará esta semana.

También hay que decir que mientras algunos aseguran que el Alto Comisionado es un tipo que parece tener agendas alternas, otros aseguran que el verdadero “enemigo al interior” es Juan Fernando Petro, quien al parecer se ha movido como una rueda suelta todo este tiempo. “Ese es el verdadero personaje oscuro, muy difícil de descifrar y que tiene una relación solo con los altos poderes del Ejecutivo”.

Juan Fernando Petro y Danilo Rueda conocían las condiciones de los capos del narcotráfico gracias a sus visitas a las cárceles del país, fue esa la carta que jugaron para quedarse con el proceso de paz de este Gobierno, sin embargo el que lo había pedaleado con las organizaciones criminales desde antes era el canciller Álvaro Leyva. En ciudades como Medellín y Cali, Leyva estuvo moviendo un proceso de sometimiento, pero le fue arrebatado sin muchas más palabras. Un funcionario público de alto nivel dice: “El problema fue que sacaron a Leyva, porque él sí era una garantía de honestidad”.

Con su rol en la Cancillería, Leyva quedó relegado en temas de paz. Un abogado que asesora a varios grupos en Medellín para el tema de la paz dice: “Leyva era un tipo que nos brindó asesoría jurídica, alguien que conocía muy bien las peticiones de los capos”.

Incluso en los últimos meses del gobierno de Iván Duque, Leyva y un grupo de abogados de paramilitares presos estaban tratando de abrir un capítulo en la Jurisdicción Especial para la Paz, pero a los magistrados no les sonó totalmente. “Era un trabajo bien intencionado, pero tratar de negociar con capos narcotraficantes es muy complicado”, dice una fuente que conoció el proceso.

Al parecer, todo se ha desordenado por el hermetismo que impone el Alto Comisionado. Algunos hombres cercanos le han pedido que hable más con la prensa, que destape las cartas que quiere jugarse con la Paz Total, pero él se ha mantenido en reserva. Por esa misma política, muchos han querido pescar en río revuelto. Tan es así, que varios abogados de capos están en la mira de la Fiscalía por integrar una supuesta red que pide dinero para gestionar “licencias” de Gestores de Paz.

El panorama en este punto es tan preocupante que la misma Oficina del Alto Comisionado para la Paz ha tenido que emitir comunicados de prensa desautorizando a personas que se hacen pasar por emisarios, como el abogado Pedro Niño —quien es vocero por el Clan del Golfo y tiene algunas fotos acompañado de Rueda. Justo la Oficina trinó el pasado 9 de febrero: “Aclaramos que la OACP no ha avalado al abogado Pedro Niño ni a su organización para convocar reuniones de paz en ninguna región del país. Las tareas de construcción de paz del Gobierno Nacional se rigen bajo las disposiciones constitucionales y legales vigentes”.

Ahora todos los ojos están puestos sobre Danilo Rueda, quien parece dividir a la opinión. En las comunidades más apartadas y golpeadas por el conflicto armado, se le ve como un “adalid de la justicia”; sus informes entregados a la Comisión de la Verdad y a la JEP revelan pruebas de cómo la guerra en Colombia obedeció a intereses económicos, y muestra a los combatientes solo como peones. Por otro lado, la cercanía ideológica de Rueda con ELN y el hermetismo y el desorden al interior de la OACP le dan desconfianza a la institucionalidad.

Esta semana, Rueda se juega el todo por el todo, su proyecto de ley para la posible negociación con grupos no políticos mostrarán las verdaderas intenciones de la Paz Total y la pregunta que muchos se hacen es si habrá que tragarse muchos sapos.

Te puede interesar

Las más leídas

Regístrate al newsletter