“Porque ser menores de edad no significa no saber tomar decisiones para nuestro futuro”, “porque entreno bicicrós”, “porque quiero ver a mi hermano”, “porque mi perro se muere de depresión”. Esos mensajes son apenas algunos de muchos que estudiantes del colegio Loyola, en el barrio Toscana, oriente de Medellín, reunieron en un video y han hecho circular en la redes sociales para rechazar la implementación en su colegio de la jornada única, proyecto del Ministerio de Educación Nacional que busca ampliar a ocho horas la jornada escolar diaria en todo el país.
Daiver Jiménez, estudiante del grado 11, explica que la protesta empezó luego de que no se permitió la entrada de los estudiantes a una reunión con padres de familia y delegados de la Secretaría de Educación de Medellín para explicar los detalles de la jornada única.
“Varios de nuestros padres consideraron que era inadecuado hacer la propuesta sin contar con los alumnos. Nos dimos cuenta de que la jornada extendida nos iba a privar de muchas cosas. La educación para nosotros es más que un aula, hay personas que practican, deportes, artes”, dice el estudiante.
Por eso entre sus reclamos están razones académicas, pero también otras de su vida diaria. Se preguntan cómo, si su horario se extiende hasta las 4:00 de la tarde, podrían entrenar un deporte, estar en clases de idiomas o, simplemente, ver una serie de televisión.
Además, para Daiver y sus compañeros, imponer énfasis en áreas que son determinadas por el Ministerio, desconoce los procesos particulares que ya avanzan en jornadas extracurriculares en las instituciones. Ese es el caso del Loyola que en la actualidad tiene una jornada de 7:00 de la mañana a 1:00 de la tarde y que luego desarrolla varios proyectos con su comunidad educativa.
“En la institución hay un modelo de proyectos y se promueve la investigación. Decimos que la calidad no va en la cantidad de horas que nos pongan a estudiar sino en la pertinencia y colectividad de los procesos y modelos educativos”. Por eso, la propuesta de los estudiantes es que la implementación de la jornada única, que están convencidos, no tiene reversa, considere las áreas de investigación en las que ya trabajan junto a sus profesores.
“Hemos pensado que como ya estamos que pasamos a la universidad podríamos enfatizar en lo que a nosotros nos interesa. Si tengo un proyecto de biología ¿para qué un énfasis en tecnología?”, se pregunta Daiver.
Respetamos el derecho a expresar inconformidad: directivas
Gloria Hurtado, rectora de la Institución Educativa Colegio Loyola, comentó que como directivas entienden el malestar de algunos estudiantes por la estrategia de la jornada única, e indicó que es un tema que viene desde el Ministerio de Educación y desde la Secretaría de Educación del municipio. Además que en la I.E. Loyola aún no hay un consolidado de la áreas a reforzar porque es un tema que está en proceso de diseño e implementación.
También agregó que todavía no hay fecha definida para la implementación de la jornada única dado que actualmente la institución atiende algunos requerimientos en materia de infraestructura en la planta física, como el espacio donde se haría la entrega de refrigerios y otro que dotaría a todo el colegio de conexión a internet.
Hurtado expresó además que todos los estudiantes fueron informados del cambio que se realizará en la jornada y que tuvieron un espacio con un funcionario de Secretaría de Educación para que expresarán todas las inquietudes sobre el tema y agregó que en la reunión de socialización con los padres de familia la mayoría estuvo de acuerdo.
Sobre la posible renuncia de algunos profesores, por la implementación de la jornada única, argumentó que hasta el momento no hay cambios entre los docentes y que los catorce profesores de planta con los que cerró el 2014 se mantienen laborando.
En instituciones oficiales los estudiantes de Loyola son los mejores: Secretaría de Educación
Hacer parte del piloto de la jornada única fue un consenso entre las directivas del Loyola y la Secretaría de Educación del municipio, que evaluó a quienes se postularon de acuerdo con las posibilidades en infraestructura, capacidad instalada y compatibilidad con el proyecto educativo de cada colegio.
“Son jóvenes críticos, empoderados, líderes que han querido alzar la voz y manifestar lo que sienten. En ningún caso la Secretaría de Educación ha querido entrar desconociendo lo que ellos manifiestan en diferentes instancias. Lo que estamos es en la adecuación de cuál va a ser el alcance en décimo y once, que es un contexto tan particular, para que sea diferente a lo que vamos a hacer de sexto a noveno, para lograr articular las actividades que ellos tienen adicionales que tocan con sus proyectos y que tocan también con proyectos nuestros”, indicó Melissa Álvarez Licona, subsecretaria de calidad educativa de Medellín.
La funcionaria también expresó que por el momento se han sentado con todos los maestros y la rectora para que desde ahí se diseñe y se trabaje con los alumnos. “Una vez terminemos ese proceso con los docentes se les pondrá en común para que ellos estén tranquilos y logren ver que la institución lo que está creando son mejores condiciones para ellos. Dentro del sistema oficial los estudiantes de Loyola son los mejores, pero necesitamos que sigan mejorando para que se puedan comparar con los colegios privados”.
Sobre la inconformidad de algunos padres de familia de que sus hijos pasen más tiempo en el colegio, Melissa Álvarez manifestó que se trata de una minoría y que es normal que eso ocurra.”Por eso los papás también tienen la posibilidad de elegir dónde matriculan a sus hijos”.
Sindicato de educadores se opone
Yaneth Katerine Olarte, presidenta de la Asociación de Educadores del Municipio de Medellín (Asdem), aseguró que la organización que representa se opone a la implementación de la jornada única y apoya la protesta de los estudiantes.
Según dijo, existen razones relacionadas con la calidad y la pertinencia educativa, pero también con las condiciones laborales de los docentes.
“No es viable porque no tenemos las condiciones para establecer este sistema. No hay recursos locativos ni humanos. No estamos preparados y vamos experimentar con base en experiencias de otros lugares que no están acordes a nuestro sentir”, dijo Olarte.
Para los educadores, la protesta de los estudiantes está bien fundamentada, pues la ampliación de la jornada interfiere con actividades personales y extracurriculares.
“Los jóvenes tienen razón, ya vienen trabajando en proyectos que les van a servir para sus vidas y se les estaría limitando ese espacio”, agregó la presidenta de Asdem. “No podemos ampliar una jornada solo con rellenos por cumplir”.