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Exiliados por la guerra, de la incertidumbre a la visibilización

Colombianos que fueron parte de la diáspora se preguntan si es momento de

regresar en medio de las expectativas generadas por el Acuerdo de Paz.

  • Una muestra artística que representa el drama de los exiliados por el conflicto armado en Colombia. El caso más complejo fue el de la Unión Patriótica. FOTO Archivo Colprensa
    Una muestra artística que representa el drama de los exiliados por el conflicto armado en Colombia. El caso más complejo fue el de la Unión Patriótica. FOTO Archivo Colprensa
04 de septiembre de 2018
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Durante la última década, de Colombia salieron más de medio millón de personas huyendo del conflicto armado, según cifras de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur).

Muchas de ellas tienen, como Gladys Ávila, una maleta imaginaria al pie de la puerta de su residencia en un país ajeno, esperando a que llegue el momento de desempacarla en Colombia.

Ella recuerda con claridad el 30 de agosto de 2006, cuando tuvo que salir de Bogotá para Suecia, lo que para cualquier persona sería el cumplimiento del sueño de vivir en el primer mundo, para ella era el destierro de su amado país. “Eso es algo que la gente en Colombia no entiende, que Europa no es tan bello si no llegas porque quieres sino porque te toca. El exilio es otra victimización, porque aunque es la garantía de la vida, es el destierro que duele física y psicológicamente”, dice Ávila.

Y es que como dice el informe “Exilio colombiano, huellas del conflicto armado más allá de las fronteras”, que lanzará hoy el Centro Nacional de Memoria Histórica: “para la población colombiana, vivir en el exilio ha sido un verdadero desafío, el cual ha estado atravesado por duelos, recuerdos, rabia, pero, ante todo esperanza y voluntad para la reconstrucción de sus proyectos de vida”.

Las víctimas invisibles

El exilio representa el segundo hecho victimizante con mayor número de personas afectadas en Colombia, después del desplazamiento forzado interno. Sin embargo, es invisibilizado constantemente, asegura Randolf Laverde, investigador del informe.

La magnitud es tal que en 2007 Colombia era el tercer país con más exiliados en el mundo y actualmente es el país latinoamericano con el mayor número de personas que permanecen en una situación similar a la de los refugiados, pero que aún no han sido reconocidas oficialmente por los países de acogida.

Para Ávila, “nosotros no existimos para Colombia, somos solamente una cuota económica”.

Mauricio Viloria coordina una red de víctimas en Latinoamérica, donde se quedan el 70 % de los que se van. Explica que hay tres categorías dentro de los exiliados colombianos: víctimas de la persecución política, cuando se busca la exclusión de un actor social, cuyo ejemplo más clásico es el de la UP; el desplazamiento forzado transfronterizo, de personas que sufrieron múltiples desplazamientos y cruzaron fronteras internacionales (el informe indica que la mayoría eran habitantes de zonas de frontera) y que desde ahí han construido otros flujos migratorios, hacia México, Chile y Argentina; Por último, las víctimas de la ley de víctimas, que son quienes sufrieron graves daños y la política publica no fue capaz de generar condiciones de reparación, entonces buscaron la protección de un segundo estado.

Sin embargo, se han encontrado que durante los últimos años las políticas exteriores de los países que los acogieron se han radicalizado. Ahora es la xenofobia la que manda. “Esta regresión en materia de derechos humanos está vulnerando los migrantes. En Colombia se sigue pensando en el ‘exilio de oro’ y eso es una quimera que no existió”, dice Viloria, desde Argentina.

Además, se generó una gran expectativa del alcance del acuerdo de paz, advierte, “pero se ha convertido más en incertidumbre que en la visibilización de propuestas concretas para el retorno. Muchas personas se están retornando por las dificultades de hacer proyectos de vida en el exterior dicen ‘para morirme de hambre afuera prefiero morirme de guerra en mi país’”.

Buscan participación

El registro para víctimas en el exterior se abrió en 2013, y hasta ahora la Unidad para las Víctimas ha registrado 23.810 personas como sobrevivientes del conflicto en el exterior, y han realizado 2.546 giros de indemnizaciones administrativas por un valor superior a los 16.000 millones de pesos.

Zully Laverde, coordinadora del grupo de atención a víctimas en el exterior de la Unidad, explica que tienen derecho a la medida de indemnización administrativa, las medidas de satisfacción y la restitución de tierras.

“Muchos quieren regresar, pero identifican que no existen garantías de no repetición, por la presencia de grupos armados. Entonces, quieren retornar de manera simbólica, participar de la Comisión de la Verdad, de la JEP, de la Unidad de Búsqueda, del proceso de paz con el Eln, para completar el rompecabezas del conflicto”, dice el investigador.

Mientras tanto, Gladys Ávila sigue llenando su maleta imaginaria de recuerdos para, cuando pueda volver, mostrarle a los suyos lo que pasó en estos doce años que estuvo en el exilio.

44
países tienen registro de colombianos exiliados como víctimas del conflicto.
91 %
de los exiliados en Latinoamérica era de Colombia (2016), dice Acnur.

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