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Un hecho inédito se registró en la práctica del examen de conocimiento para avanzar en el proceso de elección del nuevo registrador nacional del Estado Civil. La prueba fue interrumpida y aplazada abruptamente mientras los más de 30 aspirantes al cargo la presentaban, el pasado 26 de agosto, repartidos en dos salones de la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla, en pleno centro de Bogotá.
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Habían transcurrido alrededor de 50 minutos desde que los aspirantes empezaron –a las 8:00 a.m.– a responder el cuestionario virtual, cuando se vieron sorprendidos por una interrupción. El personal logístico les informó que la prueba, para la que se prepararon por cerca de un mes, tenía que ser aplazada por una falla en el sistema que impidió la calificación de sus respuestas.
Los presidentes del Consejo de Estado, la Corte Constitucional y la Corte Suprema, responsables de la elección del registrador, reportaron que fue un fallo en el aplicativo en el que se hizo la prueba y anunciaron la contratación de una auditoría externa para verificar si se trató de un sabotaje o hackeo. Sin embargo, esas explicaciones se quedaron cortas debido a que en torno al examen hubo varias irregularidades que demostrarían improvisación y desorden.
Examen rodeado de críticas
Personas que hacen parte del proceso le relataron a este diario que desde antes de acudir a practicar la prueba se dieron instrucciones confusas. Por ejemplo, les solicitaron llevar audífonos con micrófono integrado, pero luego les informaron que los aparatos no eran necesarios porque al presentar el examen no se podía portar dispositivos electrónicos.
Al presentarse en las instalaciones de la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla a cada aspirante se le asignó un computador desde el que respondería las 50 preguntas escogidas aleatoriamente por el sistema de una base de 200. La pantalla tenía recursos útiles como relojes que indicaban el tiempo transcurrido, pero al tratar de avanzar en las preguntas, empezaron las fallas.
Tras ingresar con usuario y contraseña, los candidatos a registrador se encontraron con varios tipos de preguntas. En algunas se debía completar un enunciado y en otras se debía responder a una interrogación, pero todas tenían las opciones de respuesta con el formato de selección múltiple entre opciones A, B, C y D.
El problema se presentó al momento de avanzar en la prueba, ya que aunque los aspirantes tenían que responder en un orden específico el sistema se saltaba preguntas e incluso reportaba que el usuario había enviado más respuestas de las que realmente llevaba. Esa situación provocó desorden porque los asistentes empezaron a levantar la mano pidiendo ayuda técnica.
Al cabo de 50 minutos eran tantos los reportes de irregularidades y fallas en el sistema que quienes vigilaban la prueba les ordenaron a los aspirantes que se salieran de los salones provisionalmente porque el software presentaba fallas. En ese punto se vició el examen, ya que en el receso de 30 minutos los participantes pudieron hablar sobre el contenido de las preguntas aleatorias.
Transcurrido ese tiempo, los candidatos a registrador volvieron a ingresar a los salones y se les informó que la falla estaba resuelta, pero desde las altas cortes anunciaron que no se iba a continuar con la prueba y se definiría una nueva fecha para su presentación porque se habían contaminado todas las preguntas.
Las explicaciones de las cortes
Este diario consultó a los altos tribunales para conocer sus explicaciones sobre las fallas, pero estos se limitaron a los dos comunicados de prensa que emitieron al respecto. En el primero informaron que se registró un error en algunos computadores, por lo que la presentación de la prueba de conocimiento se tendrá que repetir, de forma manual, el 10 de septiembre para garantizar transparencia e igualdad.
En el segundo detallaron que los ingenieros responsables del software reportaron que durante el examen el sistema tuvo una falla al asignar las preguntas. “En nuestro intento de detectar el problema y solucionar, se solicita refrescar la pantalla generando nuevamente el lanzamiento, lo que a su vez también recargó las preguntas”, explicaron.
Este es un hecho que no pasó desapercibido ya que podría volver a sembrar un manto de dudas en el proceso de elección del registrador. Esto, después de la polémica que hubo en torno a la elección del actual registrador, Alexánder Vega, con el cambio de reglas de juego en 2019 que hizo que la hoja de vida pasara a representar el 20% en el proceso y no el 70% como ocurría antes.
Además, otro hecho que llamó la atención fue la sorpresiva renuncia de Alfonso Portela, quien desistió del concurso antes del examen, aunque se le consideraba como uno de los más opcionados por su experiencia como exregistrador delegado en asuntos electorales en la administración del registrador Carlos Ariel Sánchez.
Además Portela, quien habría desistido para aspirar a un cargo en una alta corte, hay otros candidatos que han sonado con fuerza. Uno de ellos es José Darío Castro, a quien se le considera como ficha de Vega por ser actual secretario general de la Registraduría. También sobresalen los nombres del exmagistrado del Consejo de Estado, Álvaro Namen, y de los exmagistrados del Consejo Nacional Electoral (CNE) Armando Novoa, Doris Ruth Méndez, José Joaquín Vives Pérez, José Nelson Polanía, César Augusto Abreo Méndez y Hernán Penagos.
En todo caso, estas irregularidades en la práctica del examen demostrarían improvisación a la hora de realizar un concurso de suma importancia para la democracia colombiana, pues con él se elegirá a quien estará a cargo de garantizar la legitimidad, transparencia y efectividad de los procesos electorales en el país.
Además, podrían surgir más dudas frente al proceso ya que los aspirantes tendrán que hacer la prueba de competencias –si avanzan en el proceso– en el mismo aplicativo que presentó la falla, después de hacer el examen de conocimientos manualmente.
Periodista, apasionado por la historia, la geopolítica y los documentales. Hago preguntas desde que tengo uso de razón. Egresado de la Universidad Eafit.