El anuncio de los nuevos integrantes del gabinete por parte del presidente Juan Manuel Santos, generó, según algunos sectores políticos, efectos contrarios a los que calculó mientras barajó los posibles nombres.
La molestia de dirigentes de varias colectividades porque les dieron participación extraoficial, o porque no recibieron lo esperado pese a su lealtad, en nada ayudó a apuntalar una gran coalición que garantice el éxito de un futuro plebiscito refrendatorio de los diálogos de La Habana, el posible posconflicto, además de la continuidad del legado.
En diálogo con EL COLOMBIANO, la senadora Claudia López (Alianza Verde), expresó que lo único que logró el Gobierno fue dividir a quienes hace rato estaban apoyando el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, sin que mediara “mermelada”.
Agregó que prefería no referirse sobre si el nuevo gabinete representa o no a los partidos y a las regiones, o si se confeccionó para apoyar el plebiscito, pero consideró que fue “un error, pues nuestra posición colectiva es apoyar la paz, pero con independencia del Gobierno”.
Quienes tampoco están satisfechos son los liberales, porque consideran que perdieron un ministerio, el de Justicia, y que algunos de los ministros, si bien son de ideología liberal, no están comprometidos con la militancia y el partido.
Al respecto el presidente del Congreso, Luis Fernando Velasco (Partido Liberal), dijo que si bien en la “milimetría política” siempre habrá inconformidad, también ganaron un gran candidato a la Fiscalía, Yesid Reyes, y tendrán otros espacios para “arreglar esos desequilibrios”, con la llegada de militantes preparados a institutos y superintendencias.
Velasco agregó que espera que la tormenta se calme pronto, y descartó que algunos partidos dejen de apoyar el proceso de paz: “Veníamos de un gabinete producto de tres universidades privadas de Bogotá, con capacidad técnica, pero desconectados del país. A Gilberto Murillo (Minambiente designado), por ejemplo, no lo nombraron por ser afrodescendiente, sino por preparado. Hoy esta población representa el 20 por ciento del país”.
Donde la tormenta arrecia con más fuerza es en el Polo Democrático, con el nombramiento de Clara López en el Ministerio de Trabajo, quien presentó su renuncia a la dirección de su partido. Esto podría provocar algunas disidencias de sectores de izquierda en torno al apoyo a asuntos relacionados con la paz.
La nueva ministra le dijo a este diario que las mayorías dentro del PDA respaldaron su ingreso al Gobierno, por tratarse de una etapa cercana a la firma del fin del conflicto interno, pero reconoció que, en un hecho sin antecedentes en la historia del país, su partido continuará en la oposición.
“Defenderé la Constitución, la ley y la inclusión, que también es bandera de mi partido. Nadie tiene por qué preocuparse. Hay una facción del partido con reparos contra la paz, una postura respetable, pero la tempestad no es de ayer; inició desde que decidí apoyar en segunda vuelta a Juan Manuel Santos”, afirmó López.