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Luego de cinco años y cinco meses de la destrucción de Gramalote, la estructura del nuevo casco urbano va tomando forma. Ya está lista la planta de tratamiento de agua y avanzan, a buen ritmo, las construcciones de la plaza principal, el centro administrativo, la plaza de mercado, las viviendas y las vías de acceso. La expectativa de la comunidad sigue siendo el retorno, el cual se daría a finales de este año.
Así lo reveló Roberto Zapata, coordinador de la reconstrucción de Gramalote del Fondo Adaptación, quien en un video publicado por dicha entidad, entregó detalles del avance de la obra. Explicó que en este momento están concentrados en terminar 13 equipamientos para el municipio.
De la plaza principal advirtió que la estructura básica, que son las plataformas, los senderos peatonales y la tarima, están terminadas y próximamente iniciarán los acabados de la plaza principal.
Del Centro Administrativo Municipal, Zapata explicó que hace un par de semanas se fundió el segundo piso de dicho edificio, “solamente haría falta la instalación de la estructura del techo. Esa obra va bastante bien, estamos haciendo seguimiento para que siga con el cronograma de entrega en el mes de julio”.
La plaza de mercado en este momento está con la fundición de las estructuras que la conforman y también lo que resta es poner el techo.
Frente a la construcción de las viviendas, dijo Zapata que la meta que se han propuesto es tener terminadas 600 viviendas este año. “En la medida en que podamos consolidar una zona para que sea seguro vivir en Gramalote y tengamos vías de comunicación adecuadas, vamos a empezar el traslado de la gente”.
¿Cuál es el avance de las vías de comunicación de acceso al nuevo casco urbano? De acuerdo con Zapata están en la pavimentación del tramo uno. “Este es un proceso continúo y ya están abiertas todas las carreteras”.
Anunció además que la planta de tratamiento de agua, cuya construcción finalizó, está próxima a entrar en operación. “El agua está a pocos metros de llegar a la planta, lo que nos va a permitir el inicio de las pruebas tanto de la planta de tratamiento como de las redes”.
Liliana Yáñez, gramalotera y líder de la comunidad, dijo que la reconstrucción del pueblo ha sido difícil y recordó el proceso. “A uno le cuesta mucho entender que cuando se quieren hacer las cosas bien, pues eso lleva tiempo. Tuvimos unos tropiezos en la toma de decisiones, por ejemplo, en la elección del lote, en los diseños, en la compra del terreno. Toda esta demora ha creado mucho malestar y la gente venía de una incertidumbre. Le soy sincera: nadie creía que el pueblo iba a ser una realidad”.
Relató que después de conocer las primeras casas y de ir a la obra, la percepción de los gramaloteros ha cambiado. “Si bien no todo está perfecto y no todo mundo está feliz con las obras, hay una gran esperanza de que el municipio es una realidad, porque vamos a la obra y ya vemos las casas, ya hemos podido entrar en ellas, ya entramos a las habitaciones, a la cocina, al patio. Uno siente que está en el pueblo”, apuntó.
Insistió en que saben que falta mucho, pero que al menos ya están viendo los avances. “Hace dos años Gramalote era una banderita en un sitio que los geólogos decían que era Gramalote y todo estaba lleno de árboles y de rocas. Ahora estamos viendo la transformación del terreno. Hay esperanza. Además, tenemos la promesa de que este diciembre nos podemos comenzar a pasar y eso es lo que todo mundo está esperando”, dijo la líder gramalotera.
Soy periodista y magíster en Humanidades. Me gusta el periodismo que se hace caminando. El Chocó, la infraestructura y el vallenato son mi ruta.