Sin quorum. Ese es el panorama al que se enfrenta la Corte Suprema de Justicia si en la Sala Plena extraordinaria de hoy no se elige, por lo menos, a un magistrado para una de las siete vacantes. Esto, porque Ariel Salazar, de la Sala Civil, dejará su puesto en el alto tribunal y quedarían 15 magistrados.
El artículo 5 del reglamento de la Corte señala que para la elección de presidente, vicepresidente y magistrados de la Corporación, se necesitan dos tercios de los votos, es decir, de los 23 magistrados, que voten 16. Pero ahora solo hay 16 y la unanimidad también ha sido un reto.
Dos hechos recientes lo ejemplifican. El primero, la elección de Francisco Barbosa como fiscal. Aunque la terna fue enviada por el presidente Iván Duque desde principios de diciembre, los magistrados solo llegaron a un consenso dos meses después, gracias a la preocupación por la credibilidad de la Corporación.
El otro ejemplo ocurrió el jueves, cuando los magistrados decidieron si las votaciones se mantenían, o no, secretas, para destrabar la elección. Aunque al principio hubo acuerdo, al final solo 11 magistrados apoyaron la moción.
La situación es tensa. En una carta a principios de febrero, el magistrado Ariel Salazar criticó duramente a sus compañeros. “Al terminar mi periodo habiendo cumplido siempre con mis deberes, considero que es mejor dejar una Corte sin quorum que dejarla mal conformada” escribió en una carta, exponiendo las rencillas internas.