El “Gobierno del cambio” ya tiene otro punto de la agenda de Colombia que quiere modificar. La Casa de Nariño invitó a un actor estadounidense al país con el propósito de revisar cómo puede transformarse el relato de las películas sobre el narcotráfico para que el cine internacional muestre una faceta diferente de la idiosincracia nacional.
Lo particular de esa iniciativa de la Casa de Nariño es que dentro del petrismo está uno de los mayores promotores de las narconovelas que explotaron la violencia y el conflicto armado como contenido audiovisual: el senador Gustavo Bolívar.
El alfil de Petro en el Senado –segundo en la línea de sucesión después del presidente del Senado, Roy Barreras– es autor de dramas como Sin tetas no hay paraíso, El Capo y los Tres Caínes, entre otras, que monetizan el relato de la violencia colombiana y las drogas como material novelezco.
Sin ir muy lejos, Bolívar ya anunció su renuncia al Senado para volver a escribir y producir narconovelas. En sus planes profesionales ya está un largometraje que se llamaría Amor a primera línea que hablaría del Paro Nacional que él mismo apoyó desde el Congreso.
Pero el mandatario está buscando que la cultura audiviovisual que salga de Colombia cuente otras realidades del país, como las costumbres y la cultura en las regiones.
La misma Casa de Nariño confirmó que el actor estadounidense Cuba Gooding Jr (quien ha estado en producciones como Hombres de honor y Gladeador) visitó el Palacio presidencial con el propósito de “traer Hollywood a nuestro país para cambiar el paradigma de las películas de narcotráfico, resaltando la cultura y costumbres colombianas”.
El presidente del Senado, Roy Barreras, se sumó a la propuesta reclamando “cambiar la cultura traqueta en el cine y las narcoseries”, a la que culpa de la estigmantización de Colombia en el mundo. ¿Una pulla contra Bolívar?
A pesar de estar en el mismo grupo del senador Bolívar, Barreras ha tenido varias pujas con el congresista que encabezó la lista al Senado del Pacto Histórico: ambos buscaron la Presidencia de esa corporación, que al final quedó en manos de Barreras, Bolívar no asistió a los primeros “retiros espirituales” de esa bancada que convocaba Barreras y en el pasado lo tildó de “lagarto”.
Por ahora, Bolívar no ha respondido a la propuesta de la Casa de Nariño que pone contra las cuerdas su otra actividad económica: ¿quedarán en la mira las producciones del senador?