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Los recuerdos de los sangrientos combates entre grupos paramilitares y la guerrilla de las Farc, que fueron la antesala de la tragedia ocurrida en Bojayá el 2 de mayo de 2002, todavía siguen en la memoria de los pobladores de esa zona de Chocó, quienes después de 17 años de ocurrido el estallido del cilindro bomba en la iglesia, que le quitó la vida a 119 personas, no dejan de sentir temor por el conflicto armado que aún amenaza a esa y otras localidades de esa región del país.
Boris Velásquez estaba cerca de cumplir 18 años cuando ocurrió la tragedia. Recuerda bien esos días en que las balas disparadas por las Farc y los paramilitares no tenían dirección alguna. Su familia, una de las más religiosas de Bojayá, estaba atrapada en su vivienda. “Todos agarraron para refugiarse en la Iglesia y aunque era lo más probable para ir a resguardarnos mi papá dijo que no saliéramos de la casa, además las balas se sentían prácticamente al lado. Eso fue lo que nos salvó, aún así perdí a muchos amigos, paisanos ese día”, recuerda.
Ahora, 17 años después de ocurrido, Boris afirma que la situación actual de ese municipio del Chocó no es la mejor. Explica que tras la dejación de armas de las Farc se vivió una temporada de tranquilidad, por estos días el miedo y la zozobra se siente en las zonas rurales y urbanas de esa población.
“Gracias a Dios hemos sido un pueblo resistente y fuerte. Sin embargo, la presencia de grupos armados ilegales, asesinatos, combates en zonas pobladas y el reclutamiento forzado son pan de cada día, el miedo sigue presente y no queremos que vuelva a ocurrir algo similar a lo que ya vivimos”, agrega Boris.
Por su parte, Vanessa Palacio, directora territorial de la Unidad para las Víctimas en Chocó afirmó que “se cumplen 17 años de la masacre de Bojayá, hoy estamos en una mesa, en una reunión con la comunidad en especial, varias entidades del Gobierno Nacional, socializando y acompañando este proceso de conmemoración, que más que conmemoración es darle a ellos a conocer cuál es nuestro apoyo frente a la comunidad que ha sido tan asentada por los diferentes conflictos armados que hoy se encuentran inmersos y que nos tienen con un proceso de confinamiento y desplazamiento masivo”.
A propósito, esa entidad gubernamental afirma que se han invertido cerca de 7.300 millones de pesos en estrategias de atención psicosocial y reparación colectiva e individual. Además, se han repartido cerca de 7 mil millones entre 880 personas en esa región del país.
Farc pidieron perdón
El extinto grupo guerrillero fue el que lanzó el cilindro que explotó en la iglesia. Excomandantes del extinto grupo guerrillero estuvieron en la zona y le pidieron perdón a las víctimas y habitantes.
“Sabemos que estas palabras, como lo hemos manifestado en varias ocasiones, no repara lo irreparable, ni devuelve a ninguna de las personas que perecieron y tampoco borra el sufrimiento causado, sufrimiento que se refleja en el rostro de todos y todas ustedes por quienes ojalá algún día seamos perdonados”, dijo Pastor Alape de Farc durante una ceremonia desarrollada en el lugar de los hechos en 2015.
Para Boris Velásquez, el perdón fue aceptado por la mayoría de las víctimas, sin embargo muchas aún piden verdad, sobre todo para ubicar a seres queridos que aún estarían desaparecidos tras la masacre. Recordó que ni los paramilitares ni el Estado han pedido perdón, “sin embargo nosotros seguimos en la lucha, acá estamos esperando la verdad”.
En una entrevista con EL COLOMBIANO publicada el 30 de abril de 2017, Freddy Rendón Herrera, alias el Alemán, excomandante del Bloque Élmer Cárdenas de las Autodefensas, grupo paramilitar con el que las Farc sostuvo el combate en Bojayá, aseguró que sí han pedido perdón a las víctimas por lo ocurrido.
“Nosotros le pedimos a esa población perdón y a la sociedad colombiana y a la humanidad por haber estado allí, aunque no fuimos los responsables directos de haber lanzado esa pipeta, pero estaban combatiendo con nosotros y que un artefacto que ellos lanzaron indiscriminadamente llevó a la muerte a esa cantidad de población, y destruyó esa iglesia, y dejó a muchos heridos. Nosotros pedimos perdón antes que las Farc, lo que pasa es que nosotros hicimos en audiencia pública el pedido de perdón y no nos cansaremos de hacerlo, pero a las Farc, el Gobierno los llevó en avión directamente en Bojayá de la mano del alto comisionado para la paz, y ellos pudieron ir y pedir perdón allá y salir en televisión y demás”, dijo el exjefe paramilitar.
En el transcurso de la semana, habitantes de Bojayá y las víctimas directas de la masacre, realizarán diferentes actividades conmemorativas para recordar a cada una de las personas que perdieron la vida en medio de una guerra que parece no tener fin.
“Los 17 años es conmemorar aquella fecha triste del 2 de mayo de 2002, pero dándole un carácter de esperanza y sobre todo anhelando que la justicia, la verdad, la no repetición y la reparación a las víctimas un día sea una realidad”, dijo Rogelio Salazar Gómez, sacerdote de la diócesis de Quibdó en un mensaje enviado a la comunidad de Bojayá.
Periodista. Magíster en Comunicación de la Defensa y los Conflictos Armados de la Universidad Complutense de Madrid