ANÁLISIS
De las armas a la Constituyente para darle un giro a Colombia
JAIME FAJARDO LANDAETA
Exmiembro del EPL, y exasesor de Paz de Antioquia
“Tras el fracaso de los diálogos con el Gobierno de Belisario Betancur, y de que arreciara la guerra, ya terminando el gobierno de Virgilio Barco surgió la propuesta de buscar un ‘Acuerdo Nacional’ que pusiera fin al conflicto armado. La iniciativa nos tomó a todos por sorpresa, menos al M-19, que inmediatamente entró en conversaciones con dicho Gobierno. Este exigía a las organizaciones armadas interesadas en el proceso que previamente entregaran sus armas. Algunos creíamos que se trataba de otro engaño; tanto las Farc como el Eln se negaron rotundamente a participar. La gran mayoría del Epl y su partido político aceptábamos el diálogo y el acuerdo nacional propuestos, pero teníamos que romper con una minoría de militantes que se oponía tozudamente a dichas conversaciones; así lo hicimos.
El M-19 tuvo la capacidad de interpretar oportunamente ese escenario y antes de que el Acuerdo Nacional propiciara la convocatoria de una Asamblea Constituyente, llegó a un acuerdo con el Gobierno y se desmovilizó para participar en ese escenario. Estos hechos agilizaron procesos de negociación similares con el Epl, el Prt (Partido Revolucionario de los Trabajadores), el Quintín Lame (organización armada de origen indígena), contando con el apoyo masivo de la ciudadanía.
Desarrollos que le imprimieron mayor fuerza al movimiento por la séptima papeleta que impulsaba un crecido número de jóvenes, especialmente de sectores universitarios que luego tuvieron participación en dicha Asamblea (el actual procurador, Fernando Carrillo, actuó como su representante). De esta manera se logra el cambio que anhelaban los colombianos: después de más de 100 años el país adoptaba una nueva Constitución, moderna y en sintonía con la realidad del país y del mundo.
El M-19 también logró que sus líderes, en particular Carlos Pizarro y Antonio Navarro, fueran reconocidos como símbolo de este nuevo liderazgo que el país esperaba. A pesar del posterior asesinato de Pizarro, el M-19 no se retiró del acuerdo y el pueblo aprobó esa actitud al elegir 19 miembros constituyentes de la proyectada Asamblea.
Otro gran logro del proceso de paz con esa guerrilla fue la creación del movimiento político Alianza Democrática M-19, que integró diversas fuerzas políticas de izquierda con otras también de corte democrático, para configurar una lista para la Constituyente que resultara amplia y muy pluralista”.