Cambiar un futuro desperdiciado en la delincuencia y el conflicto armado, por otro donde un balón de fútbol sea el eje de una vida tranquila, es el proyecto que una ONG internacional desarrolla con los niños del municipio antioqueño de Anorí.
La propuesta, que cuenta con el apoyo de la Alcaldía, se denomina Gröna Sidan, que en idioma sueco traduce “lado verde”, y es una iniciativa de la fundación Ankar, con sede en el país nórdico.
En la actualidad hay 397 beneficiarios, entre los cinco y 18 años de edad, quienes están en alto riesgo de ser reclutados por las organizaciones criminales de la zona: el frente 36 de las Farc, el frente Héroes de Anorí del Eln y la banda “los Urabeños”.
Y por si fuera poco, también son tentados por quienes se dedican a los cultivos de coca y la minería ilegal.
“El reclutamiento siempre ha sido un asunto muy preocupante aquí, porque muchos casos no se denuncian”, cuenta el mandatario municipal, Gildardo Roldán Foronda.
Agrega que la situación se agrava por episodios en los que varias familias, simpatizantes de la guerrilla, entregan a sus descendientes a esos grupos; o cuando los muchachos de las veredas son invitados por sus amigos, que ya llevan tiempo en la ilegalidad. “Y eso a la gente le parece normal”.
En ese contexto es que la Administración y la ONG sueca iniciaron los acercamientos el año pasado, precisa Roldán.
Luego de la selección de los infantes, comenzó un proceso de enseñanza de valores y el montaje de escuelas de fútbol. Mariano Zea Ospina, coordinador del programa Gröna Sidan en Colombia, dice que el objetivo es “trabajar con los muchachos en cuatro áreas: deportiva, social, espiritual y mediación”.
En este último punto, la organización logró que los guerrilleros del Eln devolvieran hace cuatro meses a un menor que llevaba tres años en sus filas, desde que tenía 11 abriles cumplidos. El preadolescente ya hace parte del programa, cambiando la dotación de guerra por la indumentaria futbolera.