La información aportada por un desertor de “los Urabeños” fue clave para darle a esa banda el golpe del pasado lunes, cuando 12 de sus miembros murieron en un operativo de la Fuerza Pública en Chocó.
Los agentes de Inteligencia supieron de ese personaje el pasado febrero, cuando fue víctima de un atentado a tiros en Medellín.
Según el informe policial, el sobreviviente era “un hombre trabajador y humilde, y las características del atentado no encajaban con su perfil. Al principio se pensó que se trataba de un ajuste de cuentas entre bandas de microtráfico, pero se logró establecer que la víctima era un desertor del ‘clan Úsuga’” y que los perpetradores habían sido sus antiguos compañeros.
Los agentes se acercaron a este hombre y, a cambio de protección y beneficios, lograron convertirlo en su informante estrella. “Gracias a la información aportada por esta persona, fue posible planificar varios de los golpes más contundentes de incautación de drogas en la Costa Pacífica, afectando las finanzas de alias ‘Gavilán’”, dice el documento oficial.
“Gavilán” es Roberto Vargas Gutiérrez, miembro del Estado Mayor de “los Urabeños” y el segundo al mando de esa organización. Lo buscan la DEA, Interpol y las autoridades colombianas. Fue guerrillero del Epl, paramilitar de las Auc y ahora narco con pedido de extradición a E.U.
Es por eso que capturarlo es una prioridad, y los policías estuvieron muy cerca de hacerlo el pasado 3 de noviembre. “Este informante fue el canal directo para conocer la ubicación exacta de este gigantesco campamento en Unguía”, concluye el reporte.
Ese día, la Fuerza Aérea bombardeó un campamento de cinco estructuras rústicas, en medio de los sitios selváticos conocidos como El Peye y Tilupo. Murieron 12 presuntos “urabeños” y uno sobrevivió, con una esquirla de granada incrustada en la pierna.
Su nombre es Juan Pablo Vélez López, de 30 años, y en la tarde de ayer le hicieron la audiencia de garantías en una habitación del Hospital General de Medellín. La Dirección de Fiscalías contra el Crimen Organizado le imputó concierto para delinquir y porte ilegal de armas, cargos que él rechazó. El juzgado le dictó medida de aseguramiento intramural, por lo que apenas sea dado de alta irá a la cárcel El Pedregal.
Los cadáveres están en Medicina Legal de Medellín. Aunque el proceso de identificación no termina, la Policía descartó que entre ellos esté “Gavilán”, quien a última hora evitó ir al campamento.
Voceros de la Fuerza Aérea dicen que esa institución no está autorizada para explicar por qué fue bombardeado el campamento de una banda, que el Gobierno considera como “delincuencia organizada”, no “actor del conflicto”.
El general Rodolfo Palomino, director de la Policía, insiste en que en ese lugar funcionaba una alianza de “los Urabeños” con la guerrilla del Eln, desde donde planeaban acciones contra la Fuerza Pública y ponían campos minados. “Por ello hubo necesidad de emplear este otro mecanismo, esta otra capacidad institucional, con el apoyo de la Fuerza Aérea”, dijo.