Los años pasan y el conflicto se sigue robando la infancia de los niños en las zonas más pobres del país. De acuerdo con el Observatorio de Niñez y Conflicto Armado (ONCA), en el primer semestre de 2019 se registraron 33 eventos de reclutamiento de niños y adolescentes por grupos posdesmovilización, disidencias de las Farc y Eln, lo que supone un aumento del 37,5 % en comparación con el mismo periodo de 2018.
Los departamentos más afectados fueron Antioquia, Norte de Santander, Arauca, Nariño, Bolívar, Cauca, Chocó, Putumayo y Caquetá (ver infografía), precisamente los territorios que están en disputa.
Al respecto, el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, explicó que es un fenómeno muy difícil de dimensionar porque los padres prefieren no denunciar para no poner en mayor riesgo a sus hijos y para evitar estigmatizaciones.
“El aumento del reclutamiento es supremamente grave, se está dando con niños de 11 y 12 años de edad, lo que no se compadece con lo que deben estar haciendo los niños en el colegio, no portando armas de corto y largo alcance”, señalo Negret.
En el último año, la Defensoría del Pueblo emitió 24 alertas tempranas en las que denunció la utilización de menores en la guerra.
Los armados lo reconocen
En una reciente entrevista de EL COLOMBIANO a alias 40, integrante del Estado Mayor de los Caparros, confirmó que su grupo vincula menores: “Jóvenes de 16 y 17 años porque son oportunidades que se le dan a personas que acá las conocemos bien y también porque necesitan la seguridad. Se ha dado mucho que los del clan (del Golfo) los declaran objetivo militar y acá se les da la oportunidad de estar para su seguridad”.
Y añadió que sí utilizan menores sin armas: “Decirle que no es difícil, no debería de existir esta opción, pero se dan los casos que comandantes utilicen menores para algunas actividades”.
Histórico
8.095 personas están reconocidas como víctimas de reclutamiento ilícito de menores de edad por parte de grupos armados en Colombia.
Según la Ley 1448 de 2011, conocida como la Ley de Víctimas, son reconocidos como tal quienes fueron desvinculadas del conflicto siendo aún menores edad, así que la lista de reclutados es superior, porque muchos crecieron en la guerra y en el monte.
Hace dos meses la Comisión de la Verdad escuchó a personas que sufrieron el rigor de la violencia durante su infancia, en un evento en Caquetá, uno de los testimonios que más llamó la atención de los magistrados fue de una joven que no se dejó reclutar, pero que vio como sus compañeros de colegio uno a uno se fueron a la guerra: “Los grupos armados llegaron y le empezaron a endulzar el oído a los niños. Endulzados, se fueron... Cómo sería de amarga la vida en el pueblo, que irnos para las armas nos parecía dulce... Yo no me fui y, por no irme, me quedé sola otra vez: huérfana de mamá, huérfana de amigos”.
Desvinculación
Los esfuerzos de las autoridades por desvincular a los menores de edad de las filas ilegales dan frutos: actualmente el ICBF brinda atención especializada a 230 de ellos y, desde 1999, ha facilitado el restablecimiento de derechos a 6.732 víctimas .
Acción Integral del Ejército explica que cuando un menor es recuperado en un enfrentamiento o se entrega voluntariamente entra a un proceso de restablecimiento de derechos, bajo la protección del ICBF. Una vez en manos del Estado el menor es aproximado a su familia, si es que existen las condiciones para hacerlo, de lo contrario se queda en un centro de acogida.
Así mismo inicia ante la Unidad para las Víctimas el proceso para la reparación administrativa, cuyos recursos son entregados una vez cumple la mayoría de edad. El 40 % de las víctimas han sido reparadas, la inversión asciende a 56.000 millones de pesos.