Bibiana Carmenza Pérez Muñoz fue reclutada en contra de su voluntad en enero del 2000, a la edad de 12 años, por el grupo que comandaba Elda Neyis Mosquera alias Karina. Desde ese entonces, a doña Marta se le fue parte de su vida buscando a su hija.
Tuvo la valentía de caminar días enteros por rastrojos para llegar hasta los campamentos de las Farc en Argelia y exigir la liberación de su niña. Contra todo pronóstico, habló con “Karina” tres veces, con el infortunio de recibir solo respuestas negativas.
Hoy, a pesar de que su cuerpo ya aqueja dolores, su cabellera es más gris, sus dientes escasean y las arrugas se extienden por su cuello y brazos, su voluntad sigue más fuerte que nunca y sus ganas de obtener respuestas están intactas.
Afirma que sus aventuras de ir a buscar personalmente a su hija en la selva acabaron en 2003 cuando el Ejército volvió a esa zona del Oriente antioqueño. “Ya por seguridad no podía salir a buscarlos, me daba temor que pensaran que era una informante”. Tuvo que pasar una década para volver a saber algo de su hija.
“En una de esas idas a los campamentos la pude ver, estaba uniformada, armada y la tenían cocinando. Cuando me vio me abrazó y se puso a llorar, me dijo que no quería estar ahí, que prefería estar muerta; yo solo le pude dar fuerzas y ánimo porque Karina no la quiso largar: ‘no insista compañera que no se la voy a entregar’, me decía”...
El relato de Marta se suspende. Le es imposible detener las lágrimas. Respira y continúa: “me tocó regresarme al pueblo sin nada, sin mi hija. Esa fue la última vez que la vi”.
Muchos años después, tras la entrega de “Karina” en mayo de 2008 y su postulación a la Ley de Justicia y Paz, doña Marta lo escuchó de la voz de la exguerrillera: “Jhenni (sic) —el alias que le fue impuesto a Bibiana en las Farc—, fue fusilada”.
La vida de Marta se derrumbó una vez más, sin embargo ese sentimiento de madre la sigue impulsando para saber dónde están los restos de su hija. “No me ha dicho toda la verdad y hasta no saber dónde está mi niña, seguiré sintiendo que está viva por ahí, en algún lugar”.
Esta historia no es la única en Argelia, donde otras 103 madres aún esperan respuesta de lo que ocurrió con sus hijos o sus esposos reclutados por los guerrilleros que fueron liderados por “Karina”, quienes tuvieron ese municipio como fortín, entre 1999 y 2002, mientras no hubo presencia del Estado ni de la Fuerza Pública.
“No se obtuvo una verdad completa. Somos conscientes de que dio información sobre reclutamientos y aceptó hechos, pero de muchos niños y niñas no dio razón, no supo responderles a sus madres. Sabemos que se salían de su control, que aunque ella ordenó el reclutamiento forzado, la víctima paró en filas de otro comandante, que es quien debe responder”, afirma Diana Patricia Alzate, quien lidera un grupo de apoyo a víctimas en Argelia denominado Los Abrazos.
¿Por qué quedó libre?
Como postulada a la Ley de Justicia y Paz, Elda Neyis Mosquera, “Karina”, tenía una pena alternativa de ocho años privada de su libertad.
Mientras pasó ese lapso, la exguerrillera estuvo recluida en la sede de la Brigada XVII del Ejército con sede en Urabá, y para mediados de 2017 ya pudo pedir su libertad, pero esta solo se hizo efectiva la primera semana de febrero, luego de que se solucionaran otros requerimientos que tenía con la justicia ordinaria.
Desde la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín aclararon que lo de “Karina” es una sustitución de la medida de aseguramiento y que la excomandante de los frentes 9 y 47 de las Farc debe seguir cumpliendo con los requerimientos de la ley, por lo que es su deber continuar con su participación en las audiencias que todavía se adelantan contra ella y otros nueve postulados de esa exguerrilla que están en Justicia y Paz.
A pesar de esto, el balance que hasta el momento deja el proceso de “Karina” es satisfactorio, porque, como aseguran desde los tribunales, aportó valiosa información detallada de los frentes que comandó, sobre todo de reclutamientos y fusilamientos, además una vez en libertad asistió a una audiencia y no renunció a esta justicia transicional para acudir a la JEP.
“Actualmente el proceso contra los exintegrantes de la antigua guerrilla ya culminó y este consiste en la audiencia concentrada, es decir, formulación de cargos, aceptación de cargos e incidentes de reparación”, dijo el magistrado Juan Guillermo Cárdenas Gómez, presidente de la sala.
Precisamente, para las próximas semanas se tiene prevista la audiencia en la que se dictará la primera sentencia de Justicia y Paz contra “Karina” y los demás postulados de las Farc, cuya ponencia estará a cargo del magistrado Cárdenas Gómez.
Los patrones de criminalidad presentados por la Fiscalía en el caso de “Karina” por Justicia y Paz incluyen delitos como secuestro, reclutamiento ilícito, desaparición forzada, homicidio, desplazamiento forzado, violencia basada en género.
También se trataron las tomas guerrilleras ocurridas en la vereda La Mesa, corregimiento La Danta, Sonsón, Antioquia, entre el 29 y 30 de junio de 2001; la del corregimiento de Montebonito, municipio de Marulanda, Caldas, el 04 de marzo de 2006; corregimiento La Arboleda, municipio de Pensilvania, Caldas, el 29 de julio de 2000; toma al municipio de Juradó, Chocó, el 12 de diciembre de 1999; dos incursiones armadas al corregimiento El Prodigio, municipio de San Luis, Antioquia, el 5 de marzo y 27 de abril de 2001; Toma guerrillera a San Luis, Antioquia, ocurrida el 11 de diciembre de 1999; toma guerrillera a San Carlos, Antioquia el 03 de agosto de 1998 y el hostigamiento al corregimiento de Pavarandó, vereda Temporales, Mutatá, Antioquia, del 14 de agosto de 1998.
En total, Elda Neyis Mosquera tiene un número aproximado, según Justicia y Paz, de 1.932 víctimas directas.
Víctimas y su recuperación
Argelia, a pesar de que fue dominado por las Farc durante casi tres años, en los que sus habitantes se tuvieron que acostumbrar a vivir con la cabeza agachada y a merced de los guerrilleros, busca recuperar su brillo y las víctimas no se quedan atrás.
Diana Cacante, funcionaria de la alcaldía de esa población, ha sido fundamental para que decenas de mujeres a las que la guerra les quitó parte de su familia tengan una oportunidad. Ya tres proyectos productivos han visto la luz.
Uno de ellos, en el que está vinculada doña Marta Muñoz, Ángela Otálvaro y María Quintero y otras ocho mujeres, es una granja llamada La María. “Allí ellas tienen tres hectáreas que están en comodato con el municipio. Allí trabajan con maíz, frijol, uchuva, todo lo que son hortalizas, también tienen especies menores como gallinas, pollos y se están sacando hasta 26 cubetas de huevos semanales y de ese dinero tienen un fondo para una cooperativa de ahorro entre ellas”, añadió Diana.
Otro es una microempresa de confecciones llamada Asomuemar (Asociación de Mujeres Emprendedoras de Argelia) de la que se benefician más de 90 mujeres víctimas del conflicto armado. Con dedicación, ellas no solo han logrado consolidar su negocio en el mercado local y regional, también le han brindado una nueva oportunidad a la economía local.
“Andamos las calles con orgullo, hemos superado una etapa muy dolorosa y ahora solo miramos para adelante, por nuestros seres queridos que perdimos”, Luz Morelia Díaz, líder administrativa de Asomuemar y una víctima del conflicto armado que se llevó muchas vidas en el municipio que vivió la guerra, pero sobre el cual sus habitantes aseguran: “si eso que llaman posconflicto existe, se vive en Argelia. Acá vivimos en paz”.