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Justo cuando restan poco más de cinco meses para las elecciones regionales de octubre próximo, Medellín fue escenario de disputa entre dos pesos pesados de la política nacional. Se trata del expresidente Álvaro Uribe Vélez, nada menos que el mandamás del Centro Democrático, y del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, jefe natural de Cambio Radical.
Si bien las bancadas de ambos partidos han trabajado armónicamente en el Congreso como un bloque de oposición a Gustavo Petro –inclusive sumando aliados de la propia bancada de gobierno–, hoy la unidad del Centro Democrático y Cambio Radical parece estar amenazada, o al menos sacudida, por un encontronazo entre Uribe y Vargas Lleras.
La punzada inicial la propinó el exvicepresidente que, de visita en la capital de Antioquia, criticó el miércoles “el silencio y la actitud” Uribe frente al gobierno Petro, reclamando que era “tan beligerante en otras épocas”, pero que hoy, cuando más lo necesita la oposición, luce “tan silencioso”.
La crítica tiene su génesis en los encuentros que ha sostenido Uribe con el Jefe de Estado que, como han coincidido sectores políticos y expertos en el tejemaneje electoral, han favorecido que el expresidente tenga un tono más conciliador y menos combativo con el primer mandatario. No obstante, en su andanada contra Uribe, Vargas Lleras fue más allá e, incluso, criticó al Partido de La U, asegurando que en Cambio Radical se han sentido “bastante solos”.
Por todo esto, instó a redoblar esfuerzos entre los sectores de oposición para hacerle frente al petrismo en las elecciones territoriales: “Lo que está de por medio es no permitir que se hagan también al poder regional. Hay que limitarlo a toda costa y mi llamado es a todos los partidos que no comulgan con el Gobierno para que nos unamos con mayor generosidad”, defendió el dirigente, que inició en Medellín una gira nacional para promover candidaturas.
No obstante, ese mensaje de unidad, con visos de regaño y reclamo, no cayó bien en el expresidente, que –indirectamente– contestó este jueves que fue “beligerante” con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, en el que Vargas Lleras fungió como ministro y luego como vicepresidente. Frente a su relación con Petro, Uribe defendió que hace “oposición en la calle a las tesis y reformas”.
“He sido beligerante frente al Gobierno del engaño, 2010-2018, elegido por Odebrecht y que le entregó el país a la Farc. Fueron muy beligerantes e informados para que me encarcelaran. Frente al Gobierno del presidente Iván Duque fui respetuoso de su independencia y generalmente guardé silencio. Hago oposición en la calle a las tesis y reformas del actual Gobierno”, declaró Uribe.
Las bancadas del Congreso tanto del Centro Democrático como de Cambio Radical trataron de apaciguar los ánimos y reivindicaron que la discusión es normal en democracia y que no tendría por qué afectar la unidad no solo en el Congreso, sino las alianzas que se puedan hacer con miras a los comicios.
En diálogo con este diario, la senadora Paloma Valencia, del Centro Democrático, sostuvo que la oposición que ha realizado su partido es “consistente y permanente”, y que el trabajo en esta coyuntura es especialmente en la calle con la ciudadanía.
“Lo importante de la oposición es que logre detener las cosas inconvenientes del gobierno Petro, que logremos en octubre, a través de las elecciones que serán un referendo, unirnos en contra de quienes buscan dañar el sistema de salud y provocar mayor desempleo”, explicó.
A su turno, el senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical, resaltó el trabajo que ha hecho el bloque de oposición contra “las políticas improvisadas y dañinas” de Petro. Por ello, se declaró confiado de que “no habrá cambios de posición, ni de banderas”. En esa línea, defendió que cada colectividad tiene su hoja de ruta para hacer oposición y conseguir sus propósitos en el Congreso.
“Son diferencias de jefes de partido, lo importante es que tratemos de identificar candidatos en las campañas regionales para afectar a los que han generado acciones en contra de las instituciones y del país”, agregó.
Aunque ambos partidos insisten que el impasse no representa un riesgo de ruptura frente a su labor legislativa, sí reconocieron que el ruido generado por el choque puede generar dificultades. Por ello, instaron a resolver las diferencias y avanzar para atajar al petrismo.
Buscan la calle para persuadir
Tanto el Centro Democrático como Cambio Radical han echado mano de las calles y el respaldo popular para tratar de convencer votantes con miras a las elecciones. Por ello, Uribe y Vargas Lleras comenzaron recorridos por diferentes zonas del país para insistir en su oposición a Petro y concretar alianzas que les permitan dar frutos electorales. Inclusive, Uribe promueve una consulta popular para rechazar varias de las reformas del Gobierno, en particular, la reforma a la salud.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.