viernes
8 y 2
8 y 2
Fuertes lluvias y vientos que superaron los 60 kilómetros por hora acompañaron las últimas noches de los habitantes del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El pasado sábado, la directora del Ideam, Yolanda González, emitió la alerta naranja para el Archipiélago por intensidad del viento y altura del oleaje que se prolongará un par de días más.
En Providencia, las carpas que sirven de resguardo desde hace más de tres meses a habitantes como Arelys Tatiana Fonseca, están que sacan la mano.
Los velcros y costuras de las carpas, cuenta, se están rasgando lentamente ante la fuerza de las ráfagas y el paso de los días. Las noches del 60 % de los habitantes en Providencia que viven en la actualidad en carpas transcurren entre cortos periodos de sueño intercalados con sobresaltos por los diversos riesgos que corren, como la posibilidad de que el agua que se filtra entre en contacto con las extensiones de energía que tienen expuestas.
Hoy se completan 106 días del paso de Iota, el huracán de categoría 5 que devastó casi en un 100 % la infraestructura de Providencia, y transcurrieron ya 60 días de los 100 que prometió el presidente Iván Duque para reconstruir el Archipiélago.
Sin embargo, el balance que entregó la Contraloría ayer señala que hasta la fecha no se ha iniciado la construcción de la primera de las 1.134 viviendas nuevas en Providencia y Santa Catalina que anunció el Gobierno, y solo 215 de 877 viviendas identificadas con daños en su estructura han recibido reparación de techos y otras intervenciones necesarias para rehabilitarlas.
Según Josefina Huffington, quien representa a la población ante las autoridades a través de la Veeduría Cívica Old Providence, Findeter dijo en una reunión la semana pasada que para el 30 de abril tendrán construidas las primeras 50 viviendas, priorizando aquellos hogares en los que haya niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Esto desdice lo anunciado en el “Plan 100” que señalaba en uno de sus compromisos que sumando las viviendas intervenidas (con reparación de techos, principalmente) y las nuevas, al 10 de abril debían estar construidas y reparadas alrededor de 1.266 con servicios públicos, es decir con energía, agua potable y telecomunicaciones.
Huffington señala además que ni siquiera los habitantes cuyas casas ya fueron intervenidas con su correspondiente techado pueden cantar victoria, pues estos “no cumplen con la referencia técnica anti huracanes”. Todo esto ocurre a menos de 90 días del inicio de la temporada de huracanes.
Según la Contraloría, uno de los principales problemas para adelantar la construcción de las viviendas nuevas es la falta de saneamiento y titularidad de los predios, pues la mayoría de estos se han dado por herencia, lo que ha generado que en cerca del 90 % de los lotes hubiesen varias casas sin contar con una demarcación o documento de titularidad.
“Se necesita un trabajo interinstitucional del Estado con las autoridades y comunidades raizales para que se genere el proceso de titularidad predial antes de la construcción de las viviendas nuevas. Es una deuda histórica que, en el debido proceso de reconstrucción, debe ser un requisito”, señaló el contralor delegado para la Participación Ciudadana, Luis Carlos Pineda Téllez.
El organismo de control aseguró también que se evidencia falta de concertación entre el Gobierno y los habitantes; reclamos de la comunidad sobre acciones adelantadas por el Estado y las autoridades locales, y diferencias puntualmente sobre el plan de construcción de las nuevas viviendas.
Sobre esto, Josefina Huffington señala que desde antes de finalizar el año pasado vienen reclamando la falta de planificación de las autoridades para gestionar la reconstrucción. “Están demoliendo casas que inicialmente estaban planteadas para intervención, sin concertar con las personas acerca de cómo se les va a solucionar su vivienda de manera permanente. Vienen además repitiendo una serie de requisitos y procesos entre las entidades, y tienen muy confundida a la gente”, señala.
De esta problemática da cuenta Arelys, quien comenta que en los últimos días los pobladores lograron frenar la demolición de cisternas que venía ejecutando el Gobierno, “pues sin viviendas nuevas o reconstruidas y ante la cercanía de la temporada de huracanes demolerlos es quitarnos la tabla de salvación, ya que las cisternas fueron las que ayudaron a salvar cientos de vidas durante el paso de Iota”.
Además de esto, asegura Fonseca, amigos y vecinos suyos en Providencia están ahora mismo en el limbo pues después de haber sido demolidos sus hogares y entrar en el listado para vivienda nueva, recibieron la visita técnica en la que les informaron que debían tener un lote de mínimo 50 metros cuadrados para poder construir, pero el terreno del que disponen es menor.
En cuanto a la falta de coordinación denunciada, Arelys, quien inicialmente figuraba en el listado priorizado para entrega de las primeras 90 casas nuevas, atestigua que la han visitado cuatro veces para iniciar el mismo proceso de demolición. “En la última visita me dijeron que el proceso de la entidad que había venido antes no servía, que primero debían hacer la visita técnica y luego la social. Ya a esta altura muchos no sabemos qué va a pasar”, dice la isleña quien vive con dos hijas, una de ellas menor de edad.
Susana Correa, designada por el presidente Iván Duque como gerente de la reconstrucción de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, reconoció ayer en entrevista con Caracol Radio los retrasos del plan, pero responsabilizó de ello a los pobladores por haber descartado la opción de casas prefabricadas tal como propuso el Gobierno semanas después del paso del huracán, y haber solicitado una etapa de concertación con Minvivienda para llegar a un consenso en la elección de las cuatro tipologías escogidas el 6 de enero, las cuales, según el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, respondían a una solicitud hecha por el mismo presidente de que las nuevas viviendas “debían ser estructuralmente más fuertes, ajustadas a la normatividad de sismoresistencia y respetando siempre el paisaje cultural de la isla”.
El 15 de mayo, casi un mes antes de la fecha habitual, las autoridades del Archipiélago activarán las alarmas que anuncian la llegada de la temporada de huracanes. Justamente un equipo de la Universidad Nacional adelanta investigaciones en el archipiélago para definir qué tanto riesgo puede tener ante próximos huracanes.
A Providencia llegarán aproximadamente 1.000 personas encargadas de la construcción, copando toda la capacidad de alojamiento que se concentra 100% en los hoteles que están en la isla y que, dicho sea de paso, son los únicos establecimientos turísticos reacondicionados tras el paso del huracán.
Los incumplimientos con los plazos de reconstrucción también retrasan la reapertura de la actividad turística. Correa aseguró que en abril esperan tener reapertura turística.
Según el registro único de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, 2.168 familias fueron damnificadas por Iota.
Sin embargo, isleños denuncian subregistro pues los habitantes de Providencia que se marcharon hacia San Andrés huyéndole a la intemperie no han sido censados y tampoco han recibido ayudas, según denuncian líderes del Archipiélago
Soy periodista porque es la forma que encontré para enseñarle a mi hija que todos los días hay historias que valen la pena escuchar y contar.