Alias el Viejo estaba muerto desde el año pasado, pero el 31 de octubre de 2022 lo capturaron en la Terminal del Norte de Medellín mientras esperaba a su esposa. Este reciente caso prendió las alarmas para revisar nuevos posibles casos de cabecillas que fueron abatidos, y que podrían resultar vivos.
Lo cierto es que este tipo de golpes a las estructuras criminales se han celebrado por lo alto en el Gobierno, sin embargo, meses después han reaparecido vivos para pedir pista en la paz total de Petro, dando cuenta de los logros fallidos, como el de alias Iván Márquez.
Esa inmediatez en cuanto a la presentación de resultados ha jugado malas pasadas para el Gobierno que, con cada paso en falso, hace que se pierda la confianza en las instituciones.
Para el coronel (r) John Marulanda, presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares de Colombia -ACORE- este tipo de errores se presentan por tres razones fundamentales que van desde falta de precisión hasta casos de posible corrupción.
“No se tiene información exacta de la persona que es abatida. Una mano de madera o una boina que supuestamente utilizaba el cabecilla no puede ser prueba suficiente para concluir su muerte”, explica.
A esa inexactitud se suma la contrainteligencia de los grupos criminales que saben cómo disimular o desviar las investigaciones de las Fuerzas Armadas. Según el coronel (r), tienen toda la capacidad para modificar la información relacionada con ubicación e identificación.
Sobre los golpes fallidos, el Ministerio de Defensa dijo a EL COLOMBIANO que no tiene información puntual porque eso le corresponde al Comando General de las Fuerzas Militares.
Sin embargo, las alarmas están prendidas porque podrían resultar más casos como el de alias Iván Mordisco, quien apareció en un video después de darlo por muerto, y ahora se investiga qué pasó con los 3 mil millones de pesos que se pagaron de recompensa.
Al cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta por parte del Ejército Nacional.