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Literalmente, le atinaron y lo hicieron de manera exitosa, solo hay un problema: si la fase clínica de la investigación no continúa, su aplicación médica podría tardar un buen tiempo.
Se trata del hallazgo que un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, Cnic, publicó en el Journal of Clinical Investigation, desvelando un mecanismo que da la posibilidad de reforzar la masa ósea mediante el control de los osteoclastos, es decir, las células que degradan los huesos, o en otras palabras, se los comen.
Según Mercedes Ricote, líder del grupo de investigación, la diferenciación y activación de los osteoclastos es un proceso controlado por el receptor X de retinoides, RXR, “lo que convierte a este receptor en una diana farmacológica para el tratamiento de la osteoporosis, pero también para otras enfermedades, como la diabetes”, señaló Ricote al diario ABC de España.
Esas y todas las células con las que nacemos, excepto las neurológicas y los óvulos, se regeneran durante toda la vida.
En el caso de las de los huesos, existen dos tipos: los osteoblastos y los osteoclastos.
Las primeras son las encargadas del desarrollo y el crecimiento de los huesos, mientras que los osteoclastos son las células que reabsorben los huesos.
“Normalmente ambas células están en equilibrio, mientras unas se ‘comen’ el hueso, hay otras que los regeneran. En la osteoporosis lo que ocurre a partir de determinada edad y por varios factores -algunos incluso se desconocen-, es que se disminuyen los osteoblastos y se aumenta la acción de los osteoclastos, entonces el hueso pierde estructura”, explica Marcela Escobar, médica cirujana del Hospital Universitario San Vicente Fundación.
Así las cosas, parar la acción de esas células que provocan la enfermedad resulta un avance significativo para la medicina, pues se sabe que padecer osteoporosis eleva el riesgo de padecer fracturas especialmente en la cadera.
“El desarrollo de nuevas terapias capaces de disminuir la actividad de estas células ‘comehuesos’ podría ser de gran utilidad para la prevención y tratamiento de la osteoporosis. Nosotras hemos trabajado en mecanismos para inhibir la actividad de los osteoclastos”, señala Piedad Menéndez, otra de las investigadoras.
Aunque la RXR es una proteína descubierta hace ya un tiempo, su estudio se abandonó en los últimos años y fue retomada por este equipo de investigación.
Ellos, mediante el uso de ratones modificados genéticamente, han demostrado que la pérdida de función de RXR en osteoclastos da lugar a que se desarrollen estas mismas células de manera gigantes y a su vez pierdan la capacidad de reabsorber el hueso.
Como consecuencia, los ratones macho desarrollan huesos más densos en condiciones fisiológicas normales y los ratones hembra están protegidos de la disminución de masa ósea asociada a la pérdida de estrógenos, como ocurre frecuentemente en mujeres posmenopáusicas.
De acuerdo con la Cnic, un aspecto interesante de esta investigación es la demostración de que la activación selectiva de RXR mediada por bexaroteno, un fármaco de uso actual para el tratamiento de linfomas cutáneos, da lugar a un bloqueo total de osteoclastos.
“La posibilidad de modular la actividad de RXR y por tanto la formación de osteoclastos mediante el uso de fármacos podría tener implicaciones terapéuticas para el tratamiento de enfermedades asociadas con la pérdida de masa ósea”, explica el centro de investigación.
Por su parte, el internista Jorge Mario Villa advierte que una de las ventajas en el tratamiento de la enfermedad es que el mercado ya ofrece formadores de hueso, medicamentos que han ido evolucionando con resultados positivos. Así mismo, explica que las terapias hormonales para controlar la osteoporosis solo están indicadas durante los dos primeros años de la menopausia, pues posterior a ese tiempo resulta riesgosa.
“Creemos que la posibilidad de modular –activar o inhibir- la actividad de RXR podría ser una forma para tratar la osteoporosis”, afirma Ricote. Y, además, apunta Menéndez, “pensamos que hemos identificado la vía para evitar los posibles efectos secundarios de un fármaco que utilizara esta diana”, concluyeron las dos investigadoras al diario español ABC.
Ahora solo falta que después de este hallazgo, se invierta en investigación para evaluar la seguridad y eficacia de este método .
Interesada en los temas médicos de carácter nacional e internacional. Me gusta, a través de historias con amplia investigación, destacar los avances y logros en la medicina.