En un sistema de salud convulso, las exigencias a la hora de recibir la atención son cada vez más frecuentes y la desinformación no ayuda. Hay casos en los que pacientes piden ser atendidos en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), cuando su problema de salud se resuelve con una atención de hospitalización general. ¿Cuáles son las diferencias entre estos dos servicios?
Lo primero que hay que decir es que no cualquier persona necesita ser atendido en una UCI, pues esta unidad está destinada para los casos graves o que ameritan una revisión permanente por parte de los médicos y las enfermeras. Como bien lo dice la expresión, en la UCI hay una intensificación del cuidado, esto porque el estado del paciente es mucho más delicado y su salud es más inestable.
Según Edward Blandón, médico intensivista del Hospital San Vicente Fundación, “en una UCI hay más número de personas para atender un número menor de pacientes” y quizá por esto algunas personas creen que la atención allí es preferencial, lo que no puede estar más alejado de la realidad. “En una hospitalización general, una auxiliar de enfermería puede atender tres pacientes, y la misma proporción sucede para los médicos, pero en una UCI es más diferente, son más profesionales de la salud porque los casos son más complicados”.
Recursos
Además, están los recursos de una UCI, donde hay más aparatos y ayudas tecnológicas para estabilizar a los pacientes con prontitud y eficacia.
“Son equipos que ayudan a mantener el estado del paciente mientras se da la solución de problemas, que a veces se vuelve muy difícil de encontrar. Todo esto permite que las intervenciones sean inmediatas, de manera que si tengo que tomar una muestra de sangre para analizarla la hago ya mismo, los exámenes son inmediatos, todo esto con el fin de detectar con prontitud, pues muchas veces a la UCI llegan pacientes de los que no tenemos un diagnóstico completo”.
¿Pero cuál es el grado de enfermedad que presentan los pacientes que llegan directo a una UCI? Son todos los pacientes críticamente enfermos, a quienes les estén fallando uno o más órganos, quienes por fallas respiratorias necesitan un ventilador mecánico, por fallas renales necesitan diálisis, por fallas circulatorias o vasculares necesitan aparatos que les ayudan a cumplir sus funciones.
Por lo general, dice el experto, las UCI tienen el 10 por ciento de las camas de un hospital y lo que siempre se busca en las UCI es que los médicos sean especialistas, pues estas son susceptibles a un cuidado crítico.
Finalmente, las UCI son unidades cerradas en las que el personal médico está cubriendo los casos 24 horas ininterrumpidas, las visitas allí son restringidas porque el riesgo de infección para los pacientes es mayor, esto obliga a que los protocolos sean muy estrictos.
Para María Clara Mendoza Arango, especialista en cirugía general y jefe de cirugía y urgencias del Hospital San Vicente Fundación, “hay que estar mejor informado y saber que el servicio está diseñado según las condiciones de cada paciente y a cada uno se le da lo que es necesario para que pueda volver a su casa sano y salvo”.