Pareciera que al Gobierno del presidente Gustavo Petro —y a él— es difícil cogerlo en una verdad, al menos en lo que respecta al sistema de salud y las políticas y los programas que en ese sentido ha implementado para impulsar su idea de modelo en el país. Así lo expuso un recuento de datos e información oficial que hizo un investigador, en el que muestra que el impacto de esta estrategia no sería el que quiere exponer el mandatario y que su funcionamiento no es del tamaño que expuso.
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Este miércoles, Petro publicó un video del Ministerio de Salud que informa cómo están operando los Equipos Básicos de Salud (EBS) en Colombia. Estos son grupos de profesionales de la salud (integrados por un médico general, un enfermero jefe, una psicóloga y cuatro auxiliares de enfermería) que van de casa en casa en zonas rurales y populares haciendo valoración médica de las personas.
De este video, el presidente escribió en su cuenta de X (antiguo Twitter) que “ya van 90.000 personas de la fuerza de la salud, pagas por el gobierno nacional que recorren las regiones del país con más de 10.800 equipos básicos” y que “no esperamos que el enfermo llegue al hospital, vamos a la casa para que no enferme”.
No obstante, esos números e influencia que expuso no serían tales, según explicó el investigador en salud de la Universidad de Harvard, Johnattan García Ruiz, quien por la misma red social explicó, con pruebas y datos oficiales del Minsalud, por qué es falso lo sostenido por Gustavo Petro.
El investigador sostuvo que esto es falso y explica que hay una diferencia entre asignar recursos y tener equipos operando efectivamente en los territorios. Al respecto, dijo que para que un EBS esté en funcionamiento debe pasar por tres etapas: apropiación (asignación de recursos), giro (entrega de recursos al hospital) y ejecución (contratación del equipo). Por lo cual, el hecho de que se asigne dinero no significa que los equipos estén operando.
Ante esto, dijo que las resoluciones del Gobierno definen cuántos recursos va a recibir cada hospital y cada equipo básico y por cuánto tiempo se contratarán. Sin embargo, estas resoluciones (como la 123 de 2024 y la 321 de 2024) no son públicas, a pesar de manejar cantidades millonarias del presupuesto.
En ese sentido, criticó que el Gobierno Petro cuenta como “activos” los equipos incluidos en las resoluciones, aunque aún no se hayan girado los recursos ni se hayan contratado efectivamente. Ejemplo de esto, recordó que en 2024 solo se giró el 67 % de los recursos asignados, según información entregada por el ministerio al representante Andrés Forero (Centro Democrático).
De ese 67 % girado, solo se ejecutó el 30 %, lo que indica que, en realidad, es una pequeña fracción de recursos los que realmente se tradujo en EBS contratados. Esto evidencia, según García, que el número real de equipos funcionando es mucho menor al que se informa oficialmente.
Así mismo, mencionó que las resoluciones pueden contar varias veces a los mismos equipos si se les asigna financiamiento por distintos periodos. Por ejemplo, un hospital que recibe partidas para tres equipos durante cuatro meses y luego para dos durante tres meses, se reporta como cinco equipos, cuando en realidad son menos.
Por otro lado, expuso que los EBS no son permanentes en las regiones a las que van. Es el caso que, como lo mostró García, pasa en la Guajira, en donde se asignaron recursos para 155 equipos, pero actualmente solo hay siete con contrato vigente. Los otros 122 están inactivos. Esto, agregó, se repite en otros territorios.
El caso de La Guajira también ocurre, según documentos que mostró García, en otros departamentos. En Antioquia se reportan 1.267 equipos, pero solo 124 están activos. En Chocó se dicen tener 332, pero funcionan 37. En Magdalena, de 260 reportados, no hay ninguno activo, según datos del Ministerio de Salud.
A todo esto se suma el problema de la frecuencia de las visitas. Si bien se dice que se lleva el médico a la casa, en la práctica muchas familias han recibido una sola visita en tres años, lo cual “no tiene un impacto real en la salud pública”, como lo aseguró el investigador.
Finalmente, mostró que en esta estrategia no hay una priorización efectiva. Esto a raíz de que las regiones más apartadas y con mayores necesidades —como la Amazonía y la Orinoquía— solo recibieron 681 equipos (6 % del total). De estos, solo 65 están activos (9,5 %).
“Entonces no es cierto que hay 90.000 personas recorriendo cada vereda, cada barrio, cada escuela. No es cierto y lo sostengo con datos oficiales. Llevan ya dos años diciendo eso y no es verdad. ¿Por qué no pueden ser honestos con sus propias cifras?”, puntualizó Johnattan García.
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