En aquel periodo entre el clasicismo y el romanticismo en la música, que el Festival Internacional de Cartagena ha bautizado como “lo bello y lo sublime”, la ópera pasó por cambios tanto en Francia, como en Italia y Alemania, donde cobró fuerza en el siglo XIX.
Antes de la llegada del romanticismo, Mozart se constituyó como uno de los creadores artísticos más destacados de su tiempo, ícono del periodo clásico. Don Giovanni, las Bodas de Fígaro y Cossì Fan Tutte, pertenecientes al género de la ópera buffa, fueron algunas de sus óperas.
Esa última se presentó en enero de 2019 durante la pasada edición del Festival. Se montó de la mano del Spoleto Festival dei 2Mondi de Italia y se presentó en el Teatro Adolfo Mejía como uno de los puntos más altos de esa ocasión. Este año la ópera vuelve de invitada y Mozart de nuevo es protagonista, pero a su vez lo son compositores que llegaron después de él como Rossini, Salieri y Schubert, este último es eje del festival en esta oportunidad.
En la primera de esas presentaciones operáticas, con la orquestación de la Camerata Salzburg de Austria, se interpretó Ständchen (Serenata), Romanza de Rosamunde y Tränenregen (Lluvia de lágrimas), de la Bella Molinera, con un arreglo para orquesta en vez de piano.
Quienes se pararon en el escenario fueron la soprano Martina Fender y el barítono Klemens Sander, quien ha explorado a fondo la obra de Schubert durante su carrera sobre las tablas y en sus grabaciones discográficas como solista.
Ellos dos también se presentarán en un concierto este sábado en el Teatro Adolfo Mejía para interpretar arias de La Escuela de los Celosos por Antonio Salieri o La Flauta Mágica de Mozart. Los acompañarán la soprano Eliana Piedrahita, la mezzosoprano Paola Leguizamón, el tenor Pablo Martínez, el barítono Juan David González y el bajo-barítono Horst Lamnek.
Reconocimiento a Schubert
A Sander le emociona poder interpretar obras como estas de Schubert, en especial de algunas que hacen parte de la ópera Fierabrás, “que no se produce casi nunca”, contó el músico.
Explica que se debe a las exigencias dramatúrgicas que implica la obra, así que como casi no es común verla ni interpretarla, para él es un gusto participar de ella en este festival.
Sobre el compositor, a quien explora con frecuencia, contó: “Siempre se logra una nueva experiencia al cantar, se encuentran nuevas formas de interpretación entre la letra y la música”. Ha encontrado su propia interpretación con los años, “la primera vez que uno lo aprende se fija en las notas y la técnica, pero al haberlo repetido tantas veces uno se va soltando de esas ataduras y se vuelve más libre”.
El sexteto de cantantes se acercará a Rossini para marcar el final de la edición 14 del festival. Interpretará un fragmento de La Cenicienta, el Barbero de Sevilla y El Viaje a Reims durante el último concierto al aire libre en la Plaza de San Pedro, el domingo a las 10:00 p.m. en un evento gratuito.
Los seis cantarán al aire libre, algo que no suele ser muy común para quienes se dedican a cantar óperas. “Es importante que se hagan estos eventos afuera porque, por el solo hecho de estar fuera, se caza al público que le teme a los espacios cerrados porque siente que con eso debe vestirse de una manera precisa o ponerse corbatas. Esa barrera se cae con ese tipo de conciertos“, añadió Sander.
Aunque se pierde un poco del encanto de escuchar la potencia de su voz llenando por completo un recinto, pues eso es lo que se busca en la ópera, Martina Fender considera que es impresionante llegarle a una mayor cantidad de personas con su canto en una oportunidad como esta. El concierto será transmitido en vivo por Señal Colombia, así que el sonido viajará aún más allá de las paredes de la Plaza cartagenera y usted también tendrá la posibilidad de escucharlo.