Nadie se imaginaría que en el séptimo piso de un centro comercial, justo encima de una elegante bolera, un grupo de muchachos, aferrados a sus instrumentos, estaría interpretando la Sinfonía N. 2 en Re mayor, Op 36 de Ludwig Van Beethoven.
En ese espacio, la mayoría de los rostros son jóvenes. Son unos 70 y se preparan para el concierto en el Auditorio Fundadores de Eafit, esta noche, y el de mañana en la tarde en El Retiro.
Hacen parte de Iberacademy, que lleva una década de operación, orquesta que no sigue un proceso común de enseñanza musical, con clases regulares, sino que regularmente dicta talleres y brinda acompañamientos en los procesos formativos.
Antes del ensayo se saludan entre ellos, aprovechan para hacer chistes, se sientan en la sala de pruebas y se disponen a tocar. El salón se impregna de sonido en poco tiempo y el que los visita no solo se le llenan los oídos de notas, sino que la nariz se percata de que huele a nuevo todavía, porque apenas hace seis meses habitan este espacio.
Ese es el lugar que Iberacademy y su orquesta escogieron como su hogar.
Empezó siendo la Academia Filarmónica de Medellín, por iniciativa del maestro Alejandro Posada y su esposa, la directora ejecutiva de Iberacademy, María Helena Tamayo. Sí, la docencia es uno de sus ejes fundamentales, pero también es tender puentes para que se creen conexiones en su formación profesional.
Más que academia
Este no es solo un sitio donde se recibe una clase, se trata de un proceso en el que maestros de diferentes lugares del mundo vienen y tocan a su lado, tal como el gestor cultural Enrique Rojas Guillén o el maestro español Javier Castro, que dirige las orquestas de Castilla y Léon, en su país.
A muchos de esos estudiantes, por otro lado, se les abren oportunidades para viajar a otros países y van tocando más puertas, conociendo maestros e instituciones donde muchos ya han podido hacer maestrías y doctorados. Lo logran de la mano de la Fundación Hilti, que cree en el proyecto e incluso ha apoyado a que los jóvenes puedan acceder a instrumentos de la más alta calidad cuando estudian.
“En eso pensamos todo el tiempo, en cómo podemos buscar más posibilidades para crear esos puentes para ellos”, cuenta María Helena Tamayo. Hay muchos ejemplos, empezando por la directora y los dos solistas del concierto académico que se presentará este viernes.
Ana María Patiño, quien dirigirá el grupo, también hizo parte de este programa y estudió Dirección de Orquesta de la mano del maestro Posada. Tiene apenas 24 años y entró becada por la academia para adelantar una Maestría en Dirección en la Universidad de las Artes de Zúrich, Suiza.
Patiño aprovechó sus vacaciones para dirigir este concierto con el grupo, ese al que ella perteneció. El clarinetista Jhoser Salazar y el violonchelista Santiago Bernal, quienes realizan estudios fuera del país y pertenecieron al grupo, se presentarán como solistas en esta oportunidad .