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Los perros están “hablando” todo el tiempo, ¿qué dicen?

Los perros están “hablando” todo el tiempo. ¿Qué dicen? Este texto es para quienes tienen uno en casa.

  • Los perros no solo reciben señales, también pueden enviarlas con sus posturas, sus movimientos con la cola u orejas o con su jadeo excesivo. FOTO SHUTTERSTOCK
    Los perros no solo reciben señales, también pueden enviarlas con sus posturas, sus movimientos con la cola u orejas o con su jadeo excesivo. FOTO SHUTTERSTOCK
17 de enero de 2020
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Alguien llega a su apartamento en la noche y se encuentra con que el perro regó la papelera del baño ¡otra vez! El mejor amigo del hombre pasa a ser, por segundos, su enemigo. Lo regaña, eleva el tono de voz y lo mira enfadado mientras le señala el desorden. La mascota mira con ojos de súplica y se queda inmóvil, se pone boca arriba y parece juguetón o simplemente se marcha. Entonces el dueño se enoja porque asimila que el can no atiende el regaño. Pero no es así. Hay varias cosas que no está entendiendo.

Turid Rugaas, reconocida especialista en comportamiento animal, explica en su libro Señales de Calma (2013) que el perro asimila que lo están regañando. Sus reacciones, más que una muestra de rebeldía, son la forma que encuentra para relajar al humano. Esa característica pacífica, siempre conciliadora, explica la autora, fue adquirida en la evolución de los lobos para conservar la manada intacta fuera de peleas que pusieran en riesgo a los de su especie.

Las señales son usadas entre los perros y con los humanos. Bostezar, lamerse el hocico, darse vuelta, girar la cabeza, olisquear el suelo, caminar lentamente y hasta mantenerse inmóvil pueden ser signos de calma.

Otro aspecto interesante es que “todos los perros las reconocen, son universales”, aclara Rugaas. Cuando un can bosteza y gira su cabeza ante otro, el perro al que se está dirigiendo probablemente se lamerá el hocico, se girará sobre su espalda y comenzará a hacer algo diferente. El primero quería calmar al segundo y lo consiguió. “De esta forma los perros resuelven sus relaciones”, relata la especialista.

Inteligentes, y mucho

Resolver problemas, imitar, leer posturas e interpretarlas y aprender por medio del mapeo rápido, una habilidad que permite adivinar el significado de las palabras por descarte e inferencia, son algunas de las capacidades cognitivas de los perros. Natalia Álvarez, médica veterinaria y magíster en etología, cuenta que parte de la inteligencia de esta especie consiste en su capacidad para decidir entre una cosa y otra sin dejarse llevar solo por el instinto.

Una investigación publicada en la revista Science, y realizada por un equipo de Etología Comparada en Hungría, reveló que entienden las palabras y el tono en que se dicen. Se logró mediante el análisis de la actividad cerebral de una docena de perros entrenados para quedarse quietos mientras se les hacían resonancias magnéticas.

Así funcionan

Para entender el habla el cerebro humano divide las tareas: el hemisferio izquierdo se encarga del significado de las palabras y el derecho interpreta la entonación.

Así se analiza por separado lo que se dice y cómo se dice para llegar a un significado, pero esta habilidad no es única en el humano. “El cerebro de los perros usa mecanismos parecidos”, explica el etólogo Attila Andics, autor principal del estudio.

Jeison Botero, rehabilitador de conducta canina y especialista en etología clínica, afirma que los perros aprenden a interpretar los gestos de los humanos y escuchan en qué tono se habla para asimilar el mensaje.

De hecho, los investigadores demostraron que si los entrenadores mencionaban palabras estimulantes se activaba el sistema de recompensa del can, que es la región cerebral que responde a estímulos placenteros como la comida, el sexo o caricias.

Ahora bien, ellos no solo reciben señales, también pueden enviarlas con sus posturas, sus movimientos con la cola u orejas o con su jadeo excesivo.

No siempre están felices

Es necesario hacer una pausa para comprender la necesidad de las colas y las orejas en su proceso de comunicación, que “son lo más parecido a los gestos humanos” narra Rugaas. Con estas los perros pueden enviar señales de calma, demostrar felicidad, ansiedad o miedo. Por eso, amputarlas es peligroso: pueden perder elementos comunicativos necesarios para entenderse con los suyos.

Otro punto a tocar es que las colas en movimiento no siempre representan euforia. Cuando los amos llegan a casa la mayoría de canes responden a la emoción de verlos moviéndola, por eso se tiende a pensar que cada vez que lo hacen están felices, pero no es así, advierte Álvarez.

Mientras que los movimientos en círculos o amplios y rápidos pueden significar alegría, tener la cola levantada con la punta hacia arriba puede significar autoridad o una necesidad de marcar territorio; y tenerla levantada pero curva representa confianza y autocontrol. Su compañero de cuatro patas no solo lo escucha, también le está diciendo cosas con su forma de actuar. ¡Fíjese!

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