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Si Alfredo Gutiérrez no hubiese sido cantante vallenato, el showman que es sobre tarima, hubiera sido roquero, “como Elvis Presley”. Desde Barranquilla, “con un sombrero panameño”, el artista nacido el 17 de abril de 1943 (77 años de edad) habló con EL COLOMBIANO sobre su nuevo trabajo discográfico (suma más de 100) y sus 60 años de carrera artística, que, según sus propias palabras, lo convierten en el artista activo más longevo del país.
“Por fin entré a la era digital, ya estoy dando conciertos y fiestas virtuales. Es algo muy difícil, pero cuando uno es músico de verdad, como en mi caso, donde por mis venas no corre sangre, sino música, se vencen todos esos obstáculos. Al principio lloraba y estaba triste porque no sé vivir sin la música, pero poco a poco fui adaptándome y acá me tienen ya en la era digital”.
“Yo nací en Sucre, en la sabana, en el sector de Tolú y Coveñas. Desde pequeño estuve escuchando la música caribeña, la champeta, vallenatos y cumbias, mi vida se volvió un mosaico de sonidos diferentes del Caribe. A la champeta no se le ha dado la difusión que se merece, así que hice este álbum y de paso le hago un homenaje a los mejores compositores tropicales de Colombia, quienes estuvieron conmigo en Los Corraleros de Majagual, grupo que fundamos en 1962: Calixto Ochoa, César Castro y Eliseo Herrera, el rey del trabalenguas”.
“Yo soy tocayo de Dios, me llaman Alfredo de Jesús, y siempre le pido que me proteja, que me cuide la voz y que me otorgue inspiración. Cuando menos pienso ya tengo una nueva canción y trabajo es lo que me abunda, porque soy una persona creyente en Dios”.
“A los cuatro años ya tocaba acordeón al lado de mi papá, que fue uno de los primeros vallenateros que llegaron a las sabanas de Bolívar, lo que ahora es Sucre. Ya tocaba La piña madura de Guillermo Buitrago y escuchaba a Alejandro Durán. De un momento a otro, ya estaba tocando el 039, la más famosa de Alejo Durán y así comenzó toda esta locura”.
“Si hubiera sido por lo que uno quería en la vida, yo hubiera sido roquero, estilo Elvis Presley, pero como Dios me tenía otro camino y por mi cuerpo corre sangre vallenata, ese era mi destino, el que me ha dado tantas glorias”.
“Cuando estaba niño se me quedaron temas como La víspera de año nuevo, La múcura y La piña madura, y luego aparecieron en mi vida temas como el 039, todo eso me fue formando e inspirando. Fue lo que me llevó a ser Rey vallenato en tres ocasiones (el único que lo ha logrado). Me considero un fusionador, el primero, del vallenato. Mi musa es variada, es un mosaico”.
“Naturalmente uno le toma cariño a ciertas canciones que son las que la gente canta y siempre me pide, es el caso de Anhelos, El siete mujeres, El solitario, El Crudo y Festival en Guararé. Son muchas, así que vivo dichoso porque la música es para mí como mis hijos y esta es una familia muy numerosa en canciones”.
“Ese es mi espíritu. Antes de nacer ya estaba listo mi destino. Gracias a Jesús, que me protege, esta vida va para largo. De las cosas que más le doy gracias a Dios todos los días es que con la música consigo lo que otros no logran, le doy gracias por hacerme músico”.
Periodista, apasionado por el cine, la televisión y el fútbol. Egresado de la U. de A, y envigadeño de nacimiento y residencia.