Inspirado en ese rito yoruba, que profesa una conexión sobrenatural para conocer el porvenir, Willy Rodríguez, vocalista de la agrupación de reggae Cultura Profética, pide que le tiren los caracoles, casi con angustia, para saber a dónde se ha ido el lado más dulce de la vida y hacia dónde se dirige esa que lleva.
Qué lejos me siento de mi elemento, como que algo en mi se rompió, canta Rodríguez en este tema llamado Caracoles, el primero que estará incluido en el nuevo álbum del grupo: Sobrevolando, que esperan publicar este mes.
Mucho tiempo ha transcurrido desde La Dulzura (2010), esa producción en la que el reggae llevó versos que alimentaron ilusiones de amor. Fue ese disco en el que llegaron canciones como Ilegal, Para Estar, La Complicidad y La Espera.
Sin miedo al cambio
En nueve años han sucedido muchas cosas. Su compañero, el baterista Boris Bibrault salió del grupo, hicieron giras larguísimas por Latinoamérica, su natal Puerto Rico padeció los efectos del huracán María y a eso se le sumó la sombra de la incertidumbre que trajo consigo.
Por eso, Sobrevolando será un disco que dejará de lado ese éxtasis del amor que La Dulzura supo plasmar, al menos por este momento. Con Caracoles muestran un lado distinto, uno más oscuro, de quien lucha por dentro y se resiste a rendirse. Quién viera la pena que la risa esconde, ese desengaño que en el pecho aprieta, enfatiza Willy en la canción.
“Una de las razones por las cuales sentimos que es importante hablar de esto es porque nosotros como país hemos vivido un momento muy traumático con el huracán María. Todavía nos encontramos a nosotros mismos en un punto de vulnerabilidad”, cuenta Omar Silva, guitarrista de la agrupación.
Perdieron su sitio de grabación y varios equipos tras el paso del fenómeno, no había electricidad, no sabían cómo reconstruir, dice que estaban sin materiales de construcción. Salieron adelante de a poco, como lo ha venido haciendo la isla entera.
“Sabemos que hay mucha gente en nuestra isla que necesita escuchar sobre estos temas y ahí estamos – señala – Los tocamos porque también lo hemos vivido y porque hemos perdido”.
De hecho, el grupo perdió hace poco a un colega y amigo que se quitó la vida. Es una situación que ronda sus pensamientos y sus conversaciones. Los motiva a querer seguir difundiendo estos temas, por la importancia que conlleva hablar y apoyarse en otros seres humanos. “Uno de los puntos a los que hemos llegado es que muchas veces esta persona pidió discreción a sus amigos y la discreción terminó siendo negativa”, apunta Silva.
Recuerda otra canción que estará en el nuevo álbum. Se llama Ten Valor y repasa esa idea: “ten valor, hay lecciones que se aprenden con dolor”.
El resto del disco “es sumamente intenso, en sonido, contenido y en orquestación”, precisa el guitarrista. Por ahora, no quieren ponerle un sello, ni cobijarlo bajo un solo género. Lo que tienen claro es que concentra muchos temas y emociones que nunca es sencillo abordar, pero que necesitaban