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El piano es una extensión de su cuerpo, hasta le cuesta desprenderse del instrumento cuando, por momentos, en medio del concierto, se para frente al público para escuchar como cantan sus canciones. En momentos así puede más la euforia.
El cantautor español Pablo López mira con asombro, mueve las manos como sacudiéndose la emoción, se alborota el pelo cerrando los ojos y vuelve a observar al auditorio que lo fue a ver en el Teatro Popular Melico Salazar, en San José de Costa Rica. Hasta allá viajó EL COLOMBIANO para ver por qué es considerado una joya de la actual música española.
Los espectadores cantan una melodía suya, El patio, lanzada en 2017 y que se convirtió rápidamente en un éxito internacional y un himno de todo el que quiere (o necesita) soltar algo de su niño interior: Fuera, vete de mi casa / Suéltame las manos / No soy más que un niño / Con los pies descalzos / Que yo sigo jugando, qué más da / Sigo jugando solo
El lugar, con capacidad para 1.180 personas, está abarrotado, hizo sold out varias semanas antes del show incluido en una gira que lo ha hecho recorrer varias ciudades de Centroamérica (en México, Costa Rica y Guatemala). Colombia está entre sus planes de visita, y más después de la “probadita” que tuvo abriéndole a Juanes su concierto en el Movistar Arena a comienzos de 2022.
Ese día hubo mucha ansiedad, era abrirle un show a Juanes, su amigo, saber que la gente no lo había ido a ver a él y pensar, “y si no les gusta, y si no me atienden, era volver a ese punto que he vivido tanto, que fue cantar en los bares y tener que llamar la atención”, pero hizo lo suyo, sentarse al piano y cantar un par de canciones con el alma, “parecía que era un concierto mío. La gente me cantó las canciones, me aplaudió, y yo me pregunté: ¿Por qué no había venido aquí antes? Fue un golpe de energía, me fui al hotel con una sonrisa que aún tengo, así que estoy deseando volver a Bogotá, Medellín, a todas las ciudades”.
Pablo José López Jiménez no es un novato, tiene 39 años y a sus 24 saltó a la fama en España al participar en Operación Triunfo 2008 (el mismo concurso del que salieron figuras como David Bisbal, David Bustamante, Aitana o Manuel Carrasco) y con él se cumplió esa premisa del destino en este tipo de programas que le da más reconocimiento al que no gana: Pablo López quedó en segundo lugar.
Tras su paso por el concurso se dedicó a componer, uno de sus fuertes, salió de gira con otros exconcursantes y se fue labrando un camino. Cinco años después, en 2013, firmó con Universal Music y tras un par de sencillos lanzó el álbum Once historias y un piano.
Paralelo a su carrera interpretativa la compositiva lo ha hecho destacarse, “un genio de la composición”, dicen los medios españoles. Por su cabeza pasaron primero las letras de temas como Castígame para David Bustamante, Ángel Caído para Malú, El lado izquierdo de la cama para Natalia Jiménez o Una palabra para David Bisbal. Le acaba de hacer un disco completo a Raphael.
—¿Alguna canción de esas que le hubiera gustado cantar a usted?
—Tengo la suerte de que todas las canciones que han salido del pecho y andaban buscando a alguien, como un colibrí, se han hecho con mucha honestidad, entonces todas al final del día han encontrado un camino hermoso y una casa donde convivir con ellos, pues son grandes artistas. Hay alguna que me encantaría cantar incluso en los conciertos porque la siento muchísimo, pero eso me lo reservo para mí (risas).
Componer se le da natural, por eso acumula cerca de 400 notas en su iPhone y aunque al sentarse a escribir una canción empieza desde cero y por momentos olvida esos apuntes con tanto material que pueden convertirse en canción, su gusto en hacer música es tal que se queda delante del piano horas y horas. Se nutre de la vida diaria, de una llamada de alguien cercano puede salir una canción, hace catarsis y siempre tiene un piano cerca.
“Pero hay ideas que surgen de la nada, que caen de la nube, que es como si alguien te susurrara, que es como una especie de estado de locura”, dice.
La importancia de Colombia
Pablo López no se cansa de reconocer todo lo que han hecho los artistas colombianos por la música en español y dice tener el privilegio de haber compartido con Juanes, Karol G, Morat, J Balvin y Greeicy, con la mayoría ha estado en La Voz España.
“He tenido la suerte de coincidir con ellos en muchos sitios, algunos son amigos de verdad, de casa, de mi mamá, como Juanes o los Morat a quienes también los tengo muy cerca y además tengo el privilegio de estar viviendo una época maravillosa de la música que ustedes están exportando al mundo y eso es maravilloso. Yo creo que forzar a que el acento, ya no en el idioma, pero que el acento del mundo sea el español, es culpa de vosotros, así que gracias y yo encantado de estar cerca de eso”.
Con Juanes incluso tiene una colaboración, que hace parte de su álbum El mundo y los amantes inocentes lanzado en 2015, llamada Tu enemigo: Si estos idiotas supieran / Que yo soy el hombre más rico del mundo así / Viviendo de tus abrazos / Olvidaron que el hombre no es más que un hombre / Que tus manos son mi bandera / Que tengo de frontera una canción.
Por eso venir a cantar al país es una asignatura que de pendiente no tiene sino las fechas del calendario. Por ahora se acaba de presentar en Barcelona el viernes 12 de mayo y sigue un recorrido por ciudades españolas en el verano europeo (entre junio, julio y agosto) para presentar su nuevo trabajo del que ya hay dos sencillos sonando: Quasi y El abrazo más grande de todos los tiempos, ambos con un colibrí como imagen. “Y hay más colibríes, hay un trabajo que está prácticamente escrito, pero deseando ser materializado. Es la ilusión absoluta de poder tener la suerte de andar tocando hoy en Costa Rica, de haber estado en México, de irme a Guatemala, de ir a Colombia en el futuro, por favor y poder contarlo todo en canciones. Es una centrifugadora constante, es un camino de ida y vuelta”.
-¿Por qué el colibrí?
- Por un sueño que tuve, de esos que te preguntas “¿Lo he soñado?”. Imagínate, vamos a ser un poquito fantasiosos, me vino a visitar un colibrí mientras estaba durmiendo en México, y yo me tatué un colibrí antes de superponerlo a las canciones. Y después la canción la escribí ese mismo día. Entonces me parece que el colibrí se parece muchísimo a las canciones. Casi que no se ven, pero están.
Y como nunca ha visto de cerca un colibrí le extendemos la invitación a que cuando visite Medellín pase por Guarne a La casa de los colibríes.
- A veces pienso: ¿y sí prefiero dejarlo en la imaginación?, pero por supuesto, encantadísimo de ir.
Antes del show en San José, Costa Rica, una fanática nos muestra en su celular la imagen de Pablo como fondo de pantalla, sentado al piano, como se ha vuelto su sello: “No pensé verlo en vivo tan pronto”, dice.
Ella disfrutó con los demás asistentes de un show de cerca de dos horas en las que repasó las canciones de sus cuatro álbumes más lo que viene. El público le gritaba que lo amaba, hasta un señor se atrevió a gritarle: “Mi esposa te ama”, lo que generó la risa de todos, incluido el artista.
Pablo López, a pesar de la experiencia, no deja de sorprenderse con el cariño del público, “mis seguidores en Colombia se quejan mucho, pero con mucho arte, de que no voy a tocar, es una espinita que tenemos clavada”. Tanto seguidores como artista esperan que eso cambie pronto.
En un minuto
¿Qué come antes de un concierto?
“Nada, normalmente no como nada”.
¿Algún ritual que tenga?
“Abrazarme con mis amigos, con la gente que trabajo”.
¿Cuánto tarda en conciliar el sueño después de un concierto?
“Es censurable la respuesta” (risas)
¿La canción que más le piden en vivo?
“Normalmente las que no canto”.
¿Y la que más le gusta cantar?
“Depende del día, la verdad. Es que tengo la suerte de que todas las canciones son nuevas cada día”.
¿El último concierto al que asistió como espectador?
“Fui a ver a Roger Waters de Pink Floyd en Madrid y la verdad es que todavía sigo volando”.
Lo esperamos pronto en Colombia...
“Yo también lo espero”
Periodista, presentadora y locutora. Fui DJ de radio, reportera de televisión y ahora disfruto el ejercicio de escribir a diario. Melómana, cinéfila y seriéfila.