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La historia de Pirañas Crew, ganadoras de los Premios Fénix en la categoría de Artes visuales, el pasado 29 de marzo, comenzó en 2013 con la tesis de grado de Antro. En la universidad en la que estudió le pidieron unir todos los procesos que había gestionado durante sus años académicos para presentar una propuesta final: su trabajo se encaminó hacia los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Durante ese tiempo, ella se había dedicado a trabajar con niñas adolescentes en talleres y en encuentros que incluían libros, películas y teatro, y cuando llegó el momento de articular todo en un entregable para la institución educativa, se dio cuenta de que los encuentros habían perdurado, crecido y convertido en una organización de mujeres artistas que enfocaban sus procesos en el arte urbano, las pedagogías críticas y la feminización de los espacios.
Hoy el grupo lo conforman las artistas plásticas Natalia García (Nasty) y Luisa Cárdenas (Antro), la comunicadora Daniela Arbeláez (Danas), la abogada Ángela Vanegas (Anye), la comunicadora audiovisual Jualiana Ruíz (Rula), la antropóloga Lieke Prins y la diseñadora digital Laura Osorio (Paprika).
Al inicio tuvieron otro nombre: Fuerza. Cambió luego de que en una fiesta en la que se encontraba reunida la crew se les metiera en la cabeza que tenían que buscar cómo llamarse porque así no les parecía lo suficientemente fuerte.
“Por esos días estábamos empezando a trabajar con el graffiti, llevábamos dos o tres meses pintando con aerosoles, y alguien que estaba ahí dijo “Las pirañas”, y nosotras nos quedamos como, “¿Las pirañas?”, porque en general son especies con una connotación cultural muy fuerte al ser carroñeras, pero ser carroñeras no está mal, además siempre andan en cardumen, ellas no andan solas porque se las comen y eso era lo que necesitamos nosotras, andar conectadas y ser un cardumen. Así nos quedamos: Pirañas Crew”, cuenta Antro, que se llama Luisa Cárdenas y es artista plástica.
En la actualidad tienen varias dependencias y varias líneas de acción:
El voluntariado, que es como un regreso a sus orígenes y a la forma que tienen para construir redes con otros colectivos y para intervenir los espacios de diferentes formas: con acompañamiento en caso de denuncias, pintando muros, asistiendo a marchas, entre otras. La autofinanciación, para lo cual tienen la Tienda Piraña, o pintan en restaurantes, en discotecas, hacen murales. Todo el tiempo están buscando trabajar con el sector privado y con el público.
La gestión de otros proyectos es otra de esas maneras, y lo hacen con Cardumen, que es su línea de formación y a través de la cual dan talleres de grafiti con enfoque de género, y El Tour, con el que esperan arrancar y darle forma gracias al Premio Fénix que recibieron. Esta arista está vinculada a Girls to the front, una plataforma internacional en la que participan organizaciones que desde sus espacios trabajan por los derechos de las mujeres, por el buen vivir y por los derechos humanos.
“Para Medellín y para el mundo entero es importante las colectividades y la juntanza de las mujeres para hacer reflexiones sobre las geografías femeninas que hablan de cómo las ciudades han sido no solo habitadas por hombres sino también diseñadas por y para ellos, un concepto que propone volver la mirada sobre la ciudad y sobre el espacio público pensado para las mujeres, es decir, con lugares que narren nuestras historias, en los que nos sintamos acogidas, y que finalmente permitan una resignificación que nos brinde la oportunidad, por fin, de caminar seguras por las calles”, dice Antro, una de las fundadoras de Pirañas Crew, para finalizar.
Periodista de medio ambiente de EL COLOMBIANO. En sus ratos libres se dedica a la lectura, al quehacer dibujístico y a la maternidad de gatos.