En los últimos años no se veía un Tour de Francia tan abierto e incierto como el actual antes de entrar a la tercera y definitiva tercera semana en los tenebrosos Alpes, donde se disputarán cuatro etapas atiborradas de altísima montaña de esas “quiebra piernas” y tumba líderes.
A estas alturas de la carrera, el control y hegemonía era, como un fiel libreto, del Ineos, antes llamado Sky. Pero en la presente edición, aquella aplanadora, ganadora los anteriores seis tours, ya no muestra el poder de antes.
Cuando la competencia se reactive este martes con su etapa 16 en Nîmes, tras el segundo y último día de descanso, el local Julian Alaphilippe (Deceuninck), un hombre que no estaba en las cuentas de nadie, saldrá a defender, por duodécimo día y frente a una jauría de sedientos rivales, el prestigioso maillot amarillo.
Ayer, en el inédito final en alto en Foix Prat d’Albis, el galo evidenció, por primera vez, señales de flaqueza cuando arremetieron contra él.
Fue su compatriota Thibaut Pinot (Groupama) y el colombiano Egan Bernal (Ineos), quienes, con un ataque a seis kilómetros para la meta, hicieron ver sus intenciones de no rendirse, no solo a Alaphilippe sino a otros ilustres que luchan por el título, entre ellos el vigente campeón, el británico Geraint Thomas.
Alaphilippe y Thomas, pese a perder tiempo en la fracción que ganó el inglés Simon Yates (Mitchelton), defendieron el primer y segundo lugar de la general, pero con sus contendores a la sombra.
Thomas está distanciado por 1.35; tercero se ubica el holandés Steven Kruijswijk (Team Jumbo), a 1.47; Pinot escaló al cuarto lugar, a 1.50, y Bernal es quinto, a 2.02.
En declaraciones a la prensa, Egan aseguró que el británico le dio libertad en el puerto definitivo de la jornada porque no tenía buenas sensaciones.
“Me dijo que hiciera mi propia carrera, que no tenía las mejores piernas y que iba a tratar de hacer una contrarreloj hasta arriba, sin hacer cambios de ritmo”, comentó.
El colombiano guarda aún mesura: “Tengo 22 años y estar con los mejores es un sueño. Hay que ser un poco realistas, tenemos muchos corredores que pueden ganar el Tour. Es como ganar el Mundial de fútbol. Hay que soñar y estar con los pies en la tierra”.
Rigo cedió terreno
Uno de los damnificados ayer fue Rigoberto Urán (EF), quien no logró seguir el fuerte ritmo de sus oponentes a 7 km. Es ahora décimo, pero a 5.33. Perdió 2.58 en el vencedor y 1.09 con respecto al líder.
Por su parte, Nairo Quintana (Movistar), ya fuera de la pelea del podio, hizo una buena labor de desgaste al lanzarse al ataque, solo cazado a 9 de la meta, en beneficio de sus compañeros Mikel Landa y Alejandro Valverde, quienes subieron puestos. Ahora son séptimo y octavo, en su orden.
El pelotón recargará baterías este lunes antes de la batalla final que se aproxima en la cadena montañosa de los Alpes. Allí, Bernal espera seguir inspirado, ahora más con la libertad que le vienen dando en su escuadra tras los momentos de crisis que acusa Thomas.
¿Se sostendrá Alaphilippe en la cima? Ayer, con la lengua afuera y aún con las piernas temblando por el esfuerzo en la alta montaña, salvó el día. Todos, en un Tour que se torna más emocionante, van contra él.