Hace dos años, cuando Egan se convirtió en campeón del Tour de Francia, el dirigente italiano Gianni Savio, quien le abrió las puertas al cundinamarqués para que llegara al ciclismo europeo en 2016, expresó: “Ahora llega la era de Bernal”.
Y esa visión futurista, haciendo la salvedad si la salud lo acompaña, la mantiene el gerente deportivo del equipo Androni Giocattoli-Sidermec, elenco en el cual el escarabajo colombiano dio el salto a la máxima categoría de este deporte hacia la escuadra Ineos.
Savio, en charla con EL COLOMBIANO, se llena de emoción al ver la irrupción de nuevas figuras porque brindan mayor espectáculo en un deporte en el que, asegura, no solo se requiere de talento para sobresalir. Entre ellas resalta al belga Remco Evenepoel (Deceuninck) y a los eslovenos Primoz Roglic (Jumbo) y Tadej Pogacar (UAE Emiratos), pero señala que si Bernal está en buena forma física y supera su dolencia de espalda, puede ser superior a ellos en las grandes vueltas.
Gianni, que lamentó no contar en su elenco con corredores colombianos en el presente Giro de Italia, dice que es difícil seleccionar a un candidato antes de las etapas de montaña para conquistar la edición 104 de la corsa rosa, aunque no tiene duda que su pupilo Bernal tiene las condiciones para luchar por los puestos de honor.
Hay gran expectativa por lo que pueda suceder en el desenlace final del Giro. Hasta lo corrido en el momento, ¿a quiénes ve como claros aspirantes al título?
“Aunque ya ha habido algunos movimientos, aún no se puede hacer una evaluación, el Giro se decidirá en las grandes subidas, se debe esperar. Personalmente confío mucho en Egan, soy su principal fanático porque en nuestro equipo no tenemos un hombre que pueda pelear en la general, tal vez con el ecuatoriano Jéfferson Cepeda batallaremos por la clasificación de montaña”.
¿A quién ve como máximo adversario de Egan?
“Si Bernal solucionó sus problemas de espalda soy un convencido que él puede ganar la carrera. Como máximo adversario veo a Simon Yates porque en el reciente Tour de los Alpes hizo una gran actuación para ganarlo. Sin embargo, para poder hacer una fotografía del Giro hay que esperar la primera etapa de alta montaña (la novena, con final en Campo Felice)”.
Usted es un enamorado de los ciclistas de Colombia, ¿por qué no alineó esta vez a uno de ellos para el Giro?
“Agradezco esta pregunta. Soy sincero, hasta el último momento esperé para poder incluir a un colombiano. La cuestión es que Santiago Umba, a quien considero un verdadero talento, solo tiene 18 años y llamarlo a esta prueba es como lanzarlo a una fosa de los leones. Él puede hacer esfuerzos violentos en carrera de cuatro o cinco etapas, pero aún no para tres semanas consecutivas. Si nos dan de nuevo la oportunidad de estar, Umba sí podría participar en 2022”.
¿Y qué sucedió con Jhonatan Restrepo y Daniel Muñoz?
“Con Jhonatan fue una verdadera lástima porque era fijo para el Giro. Hablé mucho con él, pero como contrajo la covid eso lo debilitó. Si bien empezó su preparación, le dije que no forzara su cuerpo y que esperara que su físico lograra responder a lo que él pidiera. Fue al Tour de Ruanda y allí encontró de nuevo su condición, tanto que ganó una fracción. Igual Daniel Muñoz, quien ha tenido problemas físicos, entre ellos crisis asmática, abandonando algunas carreras”.
¿Qué tiene de diferente el Giro al Tour de Francia y a la Vuelta a España?
“Tal vez el Giro puede presentar etapas de montaña más cortas, pero más duras, con porcentajes de elevación muy alto, que superan el 15% de inclinación. En el Tour, con subidas largas, se sube más suave”.
¿Por qué al colombiano le va tan bien en el Giro?
“Por sus características. Morfológicamente, como estructura física, tiene el prototipo del verdadero escalador. Mientras la subida es más dura, el corredor colombiano rueda mejor”.
¿A qué se debe que los pedalistas jóvenes vienen haciendo ahora la diferencia?
“Creo que en este ciclismo moderno hay más espacio para los jóvenes en comparación al pasado. Antes había líderes confirmados, que querían todo el equipo para ellos, y en el presente existe mucha libertad de acción, y además es una cuestión de talentos que nacen”.
¿Qué se extraña de ese ciclismo del pasado?
“El pedalismo que estaba más a dimensión del hombre, de sensaciones. Además ahora hay un gran espacio para el negocio. Años atrás los equipos estaban muy igualados; hoy hay un diferencia estratosférica entre los conjuntos WorldTour (máxima categoría) y los profesionales. Hablo con números. Nosotros tenemos un presupuesto de 2 millones y medio de euros por temporada, mientras que en el WorldTour tienen un presupuesto que empieza desde 15 millones y sube casi hasta los 50. En esta situación es imposible que los elencos profesionales aspiren al título general de un gran tour porque quienes tienen todo ese dinero contratan lo mejor de lo mejor”.
¿De esa manera este deporte se volvió más controlado a la hora de salir a buscar una victoria?
“Unos controlan, los más poderosos, para hacer la diferencia en la parte final de una etapa, pero nosotros buscamos siempre ser protagonistas, atacar desde lejos para intentar vencer. La misión de los elencos profesionales es buscar jóvenes talentos para que se muestren, evidencien su potencial y luego, como debe ser, salten a un gran equipo”.
¿Qué lo enamora del pedalista criollo para contar con alguno en su escuadra?
“Su capacidad para defenderse en la altura, pues para mí la verdadera poesía del ciclismo es la montaña, y el colombiano se mueve como pez en el agua allí. A veces escucho que el suramericano tiene talento mas no cabeza, y eso no es verdad, porque lo mismo pasa en Italia, Bélgica, Francia u otro país, hay deportistas con enorme potencial físico pero no poseen mentalidad. Hay ciclistas con disciplina y otros indisciplinados, pero lo que sí estoy seguro es que el colombiano es un trabajador incansable”.