Desde las 10:00 a.m. la familia Mayorga Garzón merodeaba los alrededores del centro comercial Unicentro que, de forma inusual, estaba plagado de carros que hacían las veces de remolques de un centenar de bicicletas.
Kiara Valentina, la menor de la familia, y con menos de un metro y medio de estatura, lideraba el paso de Julio Javier, su papá; Patricia, su mamá y Jessica, la hermana mayor, montada sobre su monociclo mientras esquivaba carros, ciclistas y un mar de personas que estaban a la expectativa del inicio del prólogo de la edición 69 de la Vuelta a Colombia, que por primera vez llegaba a Yopal.
La espera se hizo larga pero entretenida. Pues como asegura Julio Javier Mayorga, una carrera de ciclismo “es todo un espectáculo”.
“Ver las caravanas, y a los corredores tan cerca, poderlos saludar es muy emocionante, toda la gente de Yopal está feliz de tenerlos aquí. Ojalá no sea la última vez que tengamos este evento en la ciudad y en el departamento”, comenta Julio, mientras ondea una bandera de Colombia, que hace juego con su atuendo tricolor, el mismo que lleva su hija de 7 años hasta en el cabello.
“Mi mamá me hizo las coletas y mi papá me trenzó la bandera de Colombia y me puso unas florecitas en la diadema”, cuenta Kiara.
Pero además del vestuario y el peinado que llamaron la atención de los aficionados, la menor tenía una sorpresa. “Desde esta semana nos dijo que quería hacer un cartel con un mensaje que dice, ‘bienvenidos ciclistas’, lo trajo para ver si algún corredor se lo firma”, apunta la mamá.
Luego, con paso acelerado y el reloj marcando la 1:00 de la tarde, los cuatro se acercan a las vallas que los separa de la vía por la que uno a uno cruzarán los 142 ciclistas.
Tras el banderazo oficial efectuado por el gobernador de Casanare, Josué Alirio Barrera, y el primer pedalazo de Jerson Urbano del equipo ecuatoriano Saitel, llegó el momento del desahogo.
José Crisanto Sánchez, un boyacense radicado hace 30 años en Yopal, no pudo ocultar su emoción al ver pasar al primer corredor ante sus ojos.
“Soy aficionado al ciclismo desde 1986 cuando corría Lucho Herrera. Es la primera vez que vivo esto tan de cerca, es una emoción, un orgullo para mí, que soy de tierra de ciclistas, ver partir una vuelta a Colombia de acá de Yopal”, comenta el hombre de 50 años que no paraba de aplaudir ante la escena.
¡Bravo, bravo! dice eufórico y luego, al pasar de los ciclistas, les hace una venia con su sombrero llanero.