Recordar, aprovechar el tiempo en familia y hasta meditar es lo que hace por estos días Miguel Ángel “Supermán” López en medio de la cuarentena que se hace para combatir la propagación del coronavirus.
El corredor boyacense, una de las grandes estrellas del ciclismo colombiano en los últimos años, tenía previsto debutar este año en el Tour de Francia, luego de cuatro presentaciones en la Vuelta a España tras abandonar en 2016, ser 8° en 2017, 3° en 2018 y 5° en 2019 y figurar dos veces en el Giro de Italia (3° en 2018 y 7° en 2019).
El anhelo de estar en la ronda gala, la cual conquistó el año pasado su compatriota Egan Bernal, hizo que cambiara su plan de entrenamiento y competencias, privándose, de hecho, de correr a comienzos de temporada en el Nacional de ruta en Boyacá y el Tour Colombia 2.1, en el que había sido el último campeón, en Antioquia.
Sin embargo, y debido al virus que tiene paralizado al mundo, “Supermán” manifiesta que más allá de la competencia, lo primero es velar por la salud.
Pese a no poder entrenar con normalidad, el corredor le saca el lado positivo a esta para.
“Extrañaba estar con mi familia. La parte buena de esta cuarentena es que estoy en casa con las personas que amo, como mi esposa -Nathalia Acevedo- e hijo -Miguel Jerónimo, de 11 meses-, pues desde que nació he compartido muy poco con él. Me estoy divirtiendo y disfrutando al máximo el ser padre, esto me tiene feliz”.
En un Instagram Live organizado por Éder Garcés, vocero de la Federación Colombiana de Ciclismo, López, de 26 años de edad, habló de sus primeras conquistas. Así mismo, en ese viaje al pasado, recordó lo duro que fue empezar a correr en el Viejo Continente y lo gratificante que ha sido esforzarse para luchar por sus metas.
Momentos imborrables
En 2014, Miguel Ángel ganó tanto Vuelta de la Juventud, en Colombia, y el Tour de l’Avenir en Francia, un récord que hasta ahora solo tiene él en el país. Tras esas gestas, al año siguiente su vida dio un giro de 180 grados al ser fichado, con 20 años de edad, por la escuadra kazaja Astana, de la élite del pedalismo y en la que se convirtió, poco después, en su jefe de filas.
“Viajar a ese Tour de l’Avenir fue algo nuevo, nunca había ido a Europa. No conocía nada de ese ciclismo y nunca me imaginé estar disputando el título de esa carrera, porque casi todos los compañeros éramos novatos, y lo que queríamos era disfrutar, descubrir. Además, no pude entrenar los últimos tres días del inicio de la prueba porque me intoxiqué y estuve enfermo, pero lo importante fue la motivación, y más tras empezar bien el prólogo en la primera jornada de competencia”.
No olvida que las siguientes fracciones, en terreno llano, las terminaba llorando. “Eran como si nos estuvieran dando látigo. El profe Millo -Carlos Mario Jaramillo- nos decía que había que estar adelante y todos compactos, pero no sabíamos si estar delante de la cabeza de la cola o de la cabeza del pelotón (risas). Era imposible estar ahí porque la forma de correr en Europa es muy dura. Aquí es más fácil, las carreteras son anchas y no hay rotondas tan estrechas como en Francia y, además, las bajadas, con sus curvas de herradura, son complicadas. Sino bajas bien en las carreteras de Europa, estás muerto”.
Rememora que en esa prueba, que es como el Tour de Francia para corredores sub-23, su única esperanza era llegar sin percances a la alta montaña. En esta, finalmente, logró hacer la diferencia, eso sí, dándole crédito a gregarios de lujo como Fernando Gaviria, quien dejó todo de sí en esas subidas pese a ser un esprínter, y a Brayan Ramírez.
Después de imponer su talento como escalador y lograr el título, López empezó a ganar respeto mundial, pero añade que para seguir en batalla ha mantenido las bases que de niño sentaron en él sus padres: “la disciplina, ser un hombre de casa y juicioso con los entrenamientos”.
Fuerte ante la adversidad
En estos tiempos de aislamiento, en los que las personas deben sacar fortaleza mental para no caer en el desespero que despierta el encierro, Miguel Ángel es ejemplo vivo de paciencia y tesón.
En noviembre de 2016, en un entrenamiento por Sogamoso (Boyacá), tuvo una fuerte caída que le ocasionó fractura de tibia. Al final, estuvo seis meses alejado de las carreteras, y confinado en su hogar en plena quietud, sin tan siquiera ejercitarse en el rodillo.
Al ser preguntado de cómo superó esa etapa gris, el escalador responde que “esos momentos te hacen más fuerte y sales adelante gracias a esas personas que realmente están con uno, que prácticamente es la familia. Es duro decirlo así pero esos instantes sirven para seleccionar las personas. Cuando ganas todo el mundo es tu amigo, pero en los días difíciles, como una lesión, muchos de esos seres desaparecen”.
Y agrega que “por fortuna no tuvieron que hacerme nada -operarlo-. La recuperación dependía de mí, si me movía un “pelín” se arrancaban todos los ligamentos, entonces todo fue de quietud. Cuando cogí de nuevo la bicicleta estaba tan feliz como cuando un niño come dulces. Aprende uno a tener calma, cabeza. No hay momentos por lo que no seas capaz de levantarte, lo importante también es estar cerca de Dios, qué mejor amigo que Él”.
“Supermán” solo ha corrido una prueba en 2020: la Vuelta al Algarve, en Portugal, siendo 3°. Por ahora, en casa, donde recibe los mejores cuidados, se siente cachetón, pero añade que es mejor tener reservas porque cuando se reactive la competencia la temporada será larga. “Creo que iremos hasta diciembre” .
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triunfos profesionaes acumula Miguel Ángel Supermán López enel ciclismo.