viernes
8 y 2
8 y 2
El Socorro, Santander, es un municipio conocido como “La cuna de la Libertad de América”. Allí, en 1781, sucedió la revuelta de los comuneros, movimiento armado liderado por José Antonio Galán (prócer neogranadino), en la que el pueblo se rebeló contra el reformismo borbón en América, que no era más que la exigencia de un mayor pago de impuestos a la población del Virreinato de Nueva Granada por parte del gobierno del rey Carlos III de España.
El enfrentamiento fue desigual. Los granadinos, que no tenían armas suficientes para enfrentar al ejército realista, pusieron la mayoría de los muertos. Casi todos se convirtieron en mártires de la independencia. Por eso, en el centro del parque principal del municipio hay una estatua de José Antonio Galán.
No hay una de Manuela Beltrán, que fue una de las lideresas de la insurrección de 1871, pero sí una de Antonia Santos, quien se unió a la causa libertadora de Simón Bolívar y murió en el municipio en 1819. La estatua de cobre está al costado derecho de la basílica menor de Nuestra Señora del Socorro, la iglesia principal. Justo al frente de ese lugar se ubicó el punto de partida de la tercera etapa del Clásico RCN, este lunes.
Llegaron los guerreros
Eran las siete de la mañana y el sol empezaba a despuntar sobre el parque de El Socorro. A unos metros de la estatua de Antonia Santos estaban los ciclistas del Team Ediciones Mar, una escuadra boyacense compuesta en su mayoría por ciclistas sub-23 (solo 3 de los 9 inscritos son categoría élite).
Llevaban poco tiempo en el lugar. Habían llegado en una camioneta Chevrolet Luv modelo 1990. El carro azul tenía en la parte de arriba todas las bicicletas y una bolsa llena de caramañolas sin usar. Adentro, sentados en los asientos de los costados de la parte trasera, estaban los ciclistas, que venían un poco apeñuscados.
Por eso se estiraron, como un gato que se despereza, cuando se bajaron del carro. Lo hicieron para relajar los músculos, que venían recogidos por las posiciones en que estaban sentados. Después esperaron a que el entrenador y presidente de la escuadra, Marcos Rincón, que venía conduciendo, hiciera lo propio y les indicara el paso a seguir. El carro quedó estacionado y llamó la atención de los curiosos.
“En este vehículo se montó Nairo Quintana cuando empezaba en el ciclismo. Nuestro equipo es su casa. Aquí llegó cuando tenía 15 años y, hasta el momento, sigue siendo competidor nuestro porque yo, como presidente, nunca firmé un paz y salvo de salida”, aseguró Rincón, con una mezcla entre orgullo y sarcasmo en su voz.
La escuadra con historia
Ediciones Mar nació en Tunja hace 38 años. Lo creó Marco Antonio Rincón, quien falleció hace unos años y era el papá del presidente actual. La escuadra siempre tuvo el objetivo de promover a los jóvenes talentos de Boyacá, donde montar en bicicleta es una actividad casi sagrada.
Entre los pedalistas que han estado en el equipo, además de Nairo, está Félix Cardenas, exciclista santandereano que estuvo en Europa y corrió 3 Giros y Tours y 4 Vueltas a España. Ellos son el orgullo de los dueños del equipo, a quienes saberse con buen ojo para descubrir “estrellas”, los motivó a seguir trabajando con jóvenes.
Entre los nuevos talentos que tienen y participan en el Clásico RCN están Miguel Ángel López, a quien sus compañeros, en lugar de Supermán, le dicen criptonita, y Héctor Jairo Sánchez que, además de ciclista, es político: se lanzó, con el respaldo de un partido tradicional, al Concejo de Saboyal, municipio famoso por la cucharita de hueso.
“Quiero luchar por el deporte en mi pueblo y llevar su nombre en alto en esta carrera”, aseguró Sánchez. Por eso, a las 8:30 a.m. salió con sus compañeros de escuadra y los otros pedalistas rumbo a Tunja. Todos superaron el calor sofocante de Santander y el frío paralizante de Boyacá y llegaron a la ciudad en la que Simón Bolívar, con su gente, consumaron la libertad de América que se empezó a fraguar en El Socorro.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.