Nadie duda que James Rodríguez, en buenas condiciones y con continuidad, es un jugador imprescindible para la Selección. Pero en los últimos 3 años las lesiones y la falta de competencia no han permitido que vuelva a su mejor estado de forma, así que una de las tareas de Néstor Lorenzo es ir mirando quién puede asumir la función del ‘10’ dentro de la cancha.
Ahí aparece el cartagenero Jorge Carrascal, quien a sus 24 años es un ejemplo de superación. EL COLOMBIANO contactó a su padre, Jorge Luis Carrascal, para que nos contara la historia del futbolista que recibió el primer llamado a la Selección mayor. Recordó épocas difíciles en las que desde muy niño integró una barra brava, la Rebelión Auriverde, y que viajaba detrás del Real Cartagena a donde fuera.
El papá contó que Jorge creció en un barrio difícil, el Escallón Villa. “Ponían piedras como arcos y en los campeonatos contra otros barrios el que perdiera terminaba agarrando a cuchillazos a los rivales”. Carrascal se defendía y peleaba cuando le tocaba. “Yo le decía que se tenía que hacer respetar, pero no me gustó que en algún momento portara cuchillo, gracias a Dios eso quedó atrás”.
El progenitor dice que el hecho de atravesar por estas experiencias amargas le hizo forjar a su hijo una personalidad fuerte. “Su sueño más grande era ir a Europa y creció admirando a Ronaldinho”.
Cuando el padre se dio cuenta del talento de Jorge para el fútbol no dudó en apoyarlo. “Junto con sus tíos conformamos el equipo Deportivo Heroicos, y él comenzó a destacarse allí, de ahí dio el salto a la Selección de Bolívar e incluso estuvo cerca de llegar a uno de los equipos antioqueños, pero no hubo acuerdo y Millonarios terminó llevándoselo”, anadió.
Neys Nieto, el cazatalentos del club bogotano que lo recomendó, dijo que le llamó la atención su forma de recibir la pelota. “La pisaba y antes de que le llegara ya tenía claro lo que quería hacer. Solo contaba con 15 años de edad y su técnica era muy rica”.
Debutó como profesional a los 16 años, aunque lastimosamente al inicio tuvo problemas de indisciplina, pero su talento, sumado a la guía de los referentes del club azul lograron que se centrara en su carrera.
Tras el Sudamericano Sub-17 en 2015, el Sevilla de España hizo una oferta por él, pero una lesión de ligamentos puso en duda el traspaso. Finalmente se lo llevaron. Así que dio el salto a Europa en 2016.
Allí siguió la recuperación, pero forzaron su regreso a las canchas y recayó en la lesión. Cuando podía jugar con normalidad no estaba inscrito y tomó la decisión de irse a otro club. Su nuevo destino era exótico, el Karpaty Lviv de Ucrania. Tuvo que acostumbrarse a una nueva vida, andar con un traductor y cambiar los hábitos alimenticios. Jugó 40 partidos entre Copa y Liga, y anotó 6 goles.
De ahí llegó a River Plate, en donde lo presentaron como el Neymar colombiano. “Es algo muy exagerado, todo futbolista tiene su carrera y quiere su propio nombre, no es que lo tome mal pero no me gusta, ojalá algún día a otro jugador lo apoden Carrascal”, dijo el deportista a su arribo al club millonario.
Su paso por River lo ayudó a crecer como persona y aunque por su juventud no pudo consolidarse en el equipo de la banda cruzada le sirvió para regresar a Europa, esta vez con el CSKA Moscú, equipo en el que suma 10 partidos y 5 goles que le valieron la convocatoria de Néstor Lorenzo.
Jorge tiene todo para convertirse en el conductor tricolor y tomar la posta de James. En esa posición también se desempeñan Yáser Asprilla y Steven Alzate. Habrá que ver si se decide por dos creativos o uno frente a Guatemala y México. Y si James los acompaña o cede su lugar.