El conjunto verde no ha podido encontrar regularidad fuera de casa y la necesita con urgencia porque va a entrar en las fases decisivas de la Libertadores y la Liga.
Atlético Nacional es un equipo que impone respeto cuando juega en el Atanasio Girardot. Sus rivales lo saben y sus hinchas lo celebran. Con una racha vigente de siete triunfos consecutivos en su fortaleza y una seguidilla de 28 partidos sin conocer la derrota en casa, el conjunto verde de Antioquia se ha hecho fuerte bajo el abrigo de su gente. Sin embargo, fuera de su casa, la historia es muy distinta... y preocupante.
Contando todos los compromisos disputados bajo el mando de Javier Gandolfi, Nacional presenta un rendimiento de apenas 28,2% como visitante. Una cifra que no solo alarma por su crudeza, sino que contrasta de forma radical con el 90% de efectividad que ostenta como local.
El balance fuera del Atanasio es contundente: 13 partidos jugados, solo dos victorias, cinco empates y seis derrotas, con 12 goles a favor y 15 en contra. Una estadística que explica en buena parte por qué, a pesar de mostrar una versión poderosa en Medellín, el equipo no ha podido consolidarse como un serio aspirante en todos los frentes.
La última muestra de esta fragilidad a domicilio fue la derrota 2-1 ante Águilas Doradas, en un partido en el que Gandolfi decidió rotar la nómina para darle descanso a sus titulares pensando en la Copa Libertadores. Pero más allá de la planificación, el resultado dejó una vez más al descubierto una constante en el ciclo del entrenador argentino: Nacional no logra imponer condiciones fuera de casa.
Ante los cuestionamientos, el propio Gandolfi reconoció la problemática con autocrítica. “Son situaciones que seguramente tendremos que trabajar por una cuestión de que lo vienen remarcando en varias oportunidades, que cuando salimos de casa al equipo le cuesta”, admitió. Aunque también resaltó aspectos positivos del juego ante Águilas: “Con una actuación como la de hoy, seguramente vamos a tener más resultados positivos, porque si hubiéramos estado finos en la toma de decisiones y la resolución, el resultado hubiese sido distinto. Pero es el real, y hay que seguir trabajando”.
El contraste de Nacional es tan marcado que ya empieza a generar inquietudes entre los hinchas y analistas. Porque en torneos largos, y más aún en escenarios internacionales como la Copa Libertadores, no basta con hacerse fuerte en casa: el verdadero campeón también sabe ganar lejos de su gente.
Gandolfi tiene la presión encima. Aunque ha conseguido resultados importantes en Medellín, sabe que su proyecto no terminará de consolidarse mientras no logre encontrar una versión competitiva como visitante. El tiempo apremia y los retos siguen llegando. El próximo paso será demostrar que Nacional no solo gana en casa, sino que también puede imponerse en terreno ajeno.
Porque solo así, el Verde podrá volver a estar a la altura de su historia.
