Cada vez son más los futbolistas colombianos que se abren camino en las ligas internacionales, y para llegar allí han tenido que recorrer un largo camino con base en disciplina, trabajo y sacrificio.
En la mayoría de casos, las escuelas juegan un papel trascendental. En Antioquia, varios clubes destacan en esa labor.
Según analistas consultados, la inversión también es determinante para que estos centros de formación logren buenos frutos.
Los clubes que marcan diferencia traen jóvenes de otros municipios del departamento y de regiones apartadas del país, hasta donde van los cazatalentos.
Asimismo, cuentan con “casas hogar” en las que brindan hospedaje y alimentación a los deportistas de afuera, con el objetivo de que extrañen lo menos posible sus hogares y se concentren en exhibir sus condiciones.
Estudiantil, La Mazzia, Arco Zaragoza-La Nubia y Total Soccer son los clubes aficionados que más han proyectado futbolistas. Tras sus pasos hay varios, entre ellos Rojo FC y Estudiantes de Medellín.
“El éxito de estas organizaciones son los seleccionadores, ellos tienen gente muy capacitada para esto. Buscan que los muchachos sean buenos en técnica y táctica, superdotados en la parte física, y fuertes psicológicamente; que estén preparados para soportar las adversidades del fútbol en la alta competencia, además de rendir en el exterior”, dice Miguel Cadavid, técnico campeón del Zonal Universitario Ascun-Inder, en ambas ramas, con la U. de A.
Relaciones internacionales, claves
Jesús Ramírez, fundador del Club Estudiantil, reconoce que en este trabajo son fundamentales los contactos en el exterior: “Afuera tenemos gente que nos apoyan mucho, aparte de hacer procesos serios de formación deportiva y personal”.
Hailer Arboleda, gerente de Fútbol Club Talento y Vida, cree que esos nexos son indispensables. Para él, también es importante el acompañamiento a las jóvenes promesas: “Esto lo hacemos con pasión, nos gusta servir y pretendemos hacer personas para la sociedad. El mejor negocio del mundo es servir y sacar jugadores de bendición”.
Hugo Castaño, de La Mazzia, destaca otras claves en esa labor: “No solamente es el personal humano, es quiénes están detrás de ellos, una buena dirigencia, empresarios y agentes serios que muevan bien a los jugadores, que haya respeto. Aquí se hace un trabajo bien llevado, lógicamente sin demeritar el de los demás. Acá, cuando el jugador sale, en realidad está preparado para hacerlo”.
Castaño, exentrenador de Envigado FC, argumenta que son muchos los detalles que se deben de cuidar, entre ellos las veedurías. “Todo es como en una escala, el contacto en el barrio, en los municipios de Antioquia, aunque ya no salen tantos; también en las costas Atlántica y Pacífica. Y tratar bien a los técnicos, a quienes muchas veces no buscamos, son ellos los que lo hacen”.
La trayectoria de las cabezas visibles de los clubes también cuenta. Su liderazgo se convierten en ejemplo en las regiones y en todo el país en la tarea de aportar al crecimiento del fútbol colombiano.
