Odiado por unos y amado por otros, frentero, sincero y auténtico. Así es Hernán Darío “El Bolillo” Gómez, el técnico más mundialista de Colombia, pues en su haber tiene cinco citas: tres con Colombia, una con Ecuador y otra más con Panamá. Después de su última experiencia con Honduras, en la Eliminatoria de la Concacaf, anda en un receso y disfrutando de su familia. Dialogamos con él sobre lo que espera en Qatar y otros aspectos de su carrera.
¿En Qatar vamos a ver fútbol moderno?
“Estamos obsesionados por hablar de fútbol moderno y dizque hoy los laterales deben ir en diagonal y ganar la raya por la recta, y otras cosas. Acá se les olvidó que en la Selección que nosotros tuvimos estaban Chonto Herrera, Diego Osorio, Gildardo Gómez que siempre hicieron eso, y más. Lo que ha cambiado hoy y lo que veremos en Qatar es la tecnología, tanto en el juego como en las estadísticas, de resto el fútbol es el mismo”.
Entonces, ¿qué puede ser distinto en este Mundial que no se haya visto en otros?
“La preparación física que es distinta, pero no moderna. Vamos a ver equipos como los de los mundiales del 70, 82, 94. En fin, como en todos. En la cancha veremos buen fútbol, porque es una buena época del año, ya que los futbolistas no llegarán tan cansados porque apenas van en media temporada”.
¿Y qué espera ver usted?
“Espero ver realmente el potencial de Brasil y Argentina, porque miro a los mejores equipos del mundo y en ellos hay brasileños y argentinos. Quedan campeones de la Champions y finalistas de los principales torneos. Además, quiero ver a un Messi sin tanta responsabilidad. También a Francia, que está en recambio y es el campeón. A España que hace tiempo viene jugando bien al fútbol”.
¿Cómo nota a Ecuador, otro de los suramericanos?
“Es una selección fuerte, trae un proceso desde la sub-20 que fue subcampeona mundial, y con Independiente del Valle. Ha trabajado bien”.
¿A Cristiano Ronaldo cómo lo analiza con Portugal?
“Él es un goleador ni el berraco, pero le falta más acompañamiento en esa Selección”.
¿Cree que Luis Fernando Suárez tiene cómo asustar a Alemania y España con Costa Rica?
“Él tuvo muchas dificultades para ir al Mundial y lo logró, le tocó muy duro. No tenía al equipo en su mejor nivel, estaba en un recambio, pero tiene un arquero excepcional. A él no lo trataban muy bien y gracias a Dios los clasificó. Lo de Pinto (Jorge Luis) en Brasil 2014 con esa Selección fue un listón muy alto, pero la figura de esa Selección también fue el portero y cuando tu arquero es figura en todos los partidos hay que revisar”.
De las selecciones que usted dirigió, ¿qué se le quedó?
“Soy un técnico del cual el jugador de fútbol habla bien porque siempre he sido correcto en mi profesión. Estoy satisfecho porque ellos dicen que trabajo bien, que les enseñé algo, que los pude educar. Eso es lo que yo creo que pude dejar. Eso siempre quedará en ellos, es el reconocimiento de los discípulos”.
Usted está acostumbrado a ir a mundiales, ¿siente nostalgia por no estar en Qatar?
“Claro, yo estuve en cinco y uno sabe que es la gala del fútbol. A uno le gusta jugar esos amistosos previos, ahí es donde se está más tranquilo porque clasificó y así saca las mejores conclusiones. Además, la alegría que uno le brinda a un país por haber llegado a un Mundial es única. Así que se siente mucha nostalgia”.
¿Qué pasó en los mundiales que usted estuvo con Colombia?
“Fuimos con mucha ilusión y alegría al de Italia 90 en el que pasamos a la otra ronda y estábamos recién desempacados. Ganamos el primer partido, después le hicimos un buen juego a Yugoslavia y ante Alemania considero que es el mejor partido que ha hecho una Selección Colombia en los mundiales. Y quedamos eliminados ante Camerún en un momento brillante, en el que nos desconcentramos. Teníamos cómo avanzar más. Ya en el 94 todo fue diferente. La Eliminatoria fue un espectáculo, pero la concentración un desastre. Hubo amenazas de muerte y el ambiente fue muy pesado. En el 98 el equipo llegó con desgaste, pero no fue fracaso porque jugamos con Rumania e Inglaterra, que tenían mejor nivel, pero le ganamos a Túnez. Fue muy lindo ir a esos mundiales, pero muy maluco regresar porque siempre hubo problemas y maltrato”.
¿Usted le sugirió a Pekerman a los directivos del fútbol
colombiano?
“Yo hablé con Luis Bedoya sobre Pekerman y le dije que era el técnico ideal porque es un hombre bueno y no me equivoqué, pues llevó a Colombia a dos mundiales”.
¿Cómo ve el proceso de Néstor Lorenzo?
“Bien, convocó la base que dejó Reinaldo y seguramente que para 2026 habrá una selección completamente distinta. Creo que a veces se les va la mano en la crítica. Trabaja bien y está haciendo las cosas bien”.
¿La Selección es un ciclo cerrado para usted?
“Creo que sí, pero eso para mí sería nuevamente un orgullo, quién no quiere dirigirla”.
Siempre se levanta de la adversidad
Hernán Darío Gómez ha superado situaciones difíciles en su vida, como cuando casi lo matan en Ecuador, donde lo golpearon y le dispararon por no llamar a la Selección al hijo del expresidente Abdalá Bucaram. También cuando fue acusado de golpear a una mujer, lo que le costó la salida de la Selección Colombia, pero lo que más lo han marcado son la muertes de varios de sus dirigidos como Andrés Escobar, Herman “Carepa” Gaviria, Albeiro “El Palomo” Usurriaga, Miguel Calero y Freddy Rincón. Todavía se le encharcan los ojos cuando le tocan el tema.
“Lo de Andrés no lo he podido superar, recuerdo que me llamó el día antes de que lo mataran y me dijo: ‘Boli vámonos para Santa Fe de Antioquia pasado mañana, y al otro día a las 4:00 de la mañana me llamó su novia (Pamela) y me contó la tragedia; quedé en shock, me quedé sin hablar dos o tres días. Era muy allegado, teníamos una relación muy bonita”.
Bolillo dice que ellos eran una familia y estos jugadores dejaron un vacío muy grande. “Nos llamamos, estamos pendientes el uno del otro. Era un grupo espectacular. “Usurriaga, un pelao juguetón, necio, de esos que uno tenía que regañar como cuando está en el colegio, muy plaga pero sano, no sé qué le pasó”.
Dice que él no le desea el mal a nadie. “Soy una persona sin odios ni envidias, siento admiración por la gente. Acá somos muy dados a criticar y no a admirar. Si uno compra un carro, dicen que de dónde sacó la plata, que si se sube de peso por qué estás tan gordo. Es muy poquito que la gente te felicite. Soy muy apegado a Dios y la vida me devuelve cosas buenas. He pasado momentos muy duros y los he atravesado solo, aunque eso me afecte a veces la salud. Sufro más por la gente que quiero que por lo que me pasa a mí”.