Cuatro wayúu, tres embera, cuatro zenúes, tres naza, un sikuani, un kokama, un pijao y un uwa. La Selección Colombia hace historia al convertirse en finalista de la Copa Americana de Pueblos Indígenas, en Chile, gracias al juego efectivo de estos representantes.
Los deportistas, provenientes de los resguardos indígenas en riesgo de exterminio por causa del conflicto armado, sacan a relucir los secretos y tácticas que Carlos el Pibe Valderrama les recomendó ante del viaje. Y aunque no tienen la cabellera rubia y rizada, ni los dotes técnicos del ídolo colombiano, sí le demuestran que sus enseñanzas fueron bien asimiladas.
“Quiero que la técnica con el balón sea una de las características del equipo”, comentó Valderrama durante el proceso. Esta vez no pudo acompañarlos en el torneo, pero está pendiente de su desempeño.
El proyecto nació en la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, cuando decidieron crear el primer Campeonato Nacional Indígena de fútbol Más allá del Balón. “En el certamen participaron mil jóvenes de 82 pueblos, es decir, un millar de chicos que les quitamos al conflicto armado en Colombia”, comentó Juan Pablo Gutiérrez, presidente de la delegación colombiana.
La Selección se enfrentará hoy (2:00 p.m.) a Paraguay, en la final del campeonato internacional en el estadio Municipal Peñalolen. Allí, los indígenas colombianos no solo aplicarán la magia que les enseñó el Pibe, sino su picardía y talento.